by Cristian Estrada | Actitud, Lecciones de vida, Reflexiones
Resumen: Ser proactivos significa hacernos cargo de nuestra vida y actuar de manera constante para lograr lo que buscamos. Reconocer en qué somos reactivos es clave para comenzar a cambiar y avanzar hacia una mejor versión de nosotros mismos.
Lectura: 5 minutos, 13 segundos.
Todo lo que se basa en personas cambia constantemente; la tecnología, las instituciones, la ciencia, en fin: la sociedad misma.
Y para que esos cambios sean provocados, deben existir impulsores de cambio, es decir, personas clave dispuestas a liderar o impulsar proyectos en sus áreas, que busquen mejoras o métodos alternativos para cumplir los objetivos del equipo en que trabajan. Y en este contexto, es común hoy escuchar sobre la gente “proactiva”.
Seguramente has escuchado sobre esa persona “proactiva” dentro de tu institución, pero ¿sabes que es lo que realmente significa?
Según Stephen Covey, ser proactivo significa mucho más que tener iniciativa. Significa que nuestro comportamiento es producto de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Y que, más importante aún, somos los responsables de actuar para que las cosas sucedan. Por lo tanto, ser proactivo significa actuar e influenciar sobre las cosas que podemos manejar a nuestro favor (ánimo, motivación, energía, hábitos). A este círculo se le llama “Círculo de influencia”.
En la contraparte, la gente reactiva es la que se deja influenciar por las condiciones en que se encuentra. Ser reactivo significa depender de lo que sucede alrededor para actuar o responder, es decir, quedar a merced de las circunstancias. Por este motivo, estas personas se concentran más en cosas sobre las cuales no tienen control, pero que afectan su vida (clima, delincuencia, suerte). A este círculo se le llama “Círculo de preocupación”.
Una vez comprendido esto, es importante preguntarnos: ¿A qué le voy a dedicar más tiempo y energía?. En lo personal, creo que la respuesta es bastante clara.
Y recordando que este no es un tema nuevo, existe un proverbio Chino que nos aproxima muy bien a la búsqueda de la respuesta a esa pregunta: “Si un problema tiene solución, ¿para qué preocuparse? Y si no la tiene, ¿para qué preocuparse?”.
Con esto claro, aquí se listan algunas acciones simples para dejar de ser Reactivo y volverse más Proactivo en distintas áreas.
1- Relaciones personales
“Me vio, y no me saludó” – ¿Cuántas veces hemos pensado esto? Seguramente muchas. Pero al mismo tiempo que pensamos eso, es altamente probable que la otra persona haya pensado lo mismo. Entonces ¿quién tenía que saludar primero? – La persona proactiva.
Cada vez que te encuentres con un conocido, salúdalo. Incluso si no sabes su nombre. Un saludo es siempre bien recibido; demuestra cortesía, educación y afecto. Así que para la próxima vez que veas a alguien en la calle, en la sala o e algún evento, encuentra el momento adecuado para saludarlo; no esperes un saludo. Conviértete en el que inicia la conversación o en el que se acuerda de llamar – se proactivo.
2- Relaciones públicas
Cada vez que puedas, haz que alguien cerca de ti se sienta bien. Esto puede ser a través de un favor; aportando en algo que esa persona necesite, o puede ser a través de un cumplido; diciéndole lo bien que lo hizo, comentando lo bien que se ve hoy o agradeciendo un acto suyo. Todos estos gestos harán que casi cualquier persona se sienta bien. Para algunas personas, un solo gesto como estos basta para mejorarles el día
3- Ámbito profesional
Si estás con gente a tu cargo, diles lo bien que lo hicieron luego de completar una tarea y agradéceles por su esfuerzo. Hazlos sentir importantes dentro del grupo porque gracias al trabajo colectivo lograron una meta. Y al momento de planificar, adelántate a los problemas y propón soluciones; ¿tienen un plan B para resolver la adversidad eventual? ¿Cómo se va a mantener motivado al equipo durante el trayecto hasta la meta?
Por otro lado, si no estás a cargo y debes trabajar codo a codo con tus colegas, agradece especialmente a ese que te ayudó en un momento complicado y no dudes en pedir ayuda o consejos si es que alguien tiene más experiencia que tú para una tarea específica; esa persona se sentirá valorada y útil. Al momento de planificar, identifica problemas que nadie haya notado y sugiere soluciones desde tu experiencia. Si logras identificar un problema pero no sabes la solución, piensa y sugiere a un compañero de trabajo que tenga la experiencia para proponer la mejor alternativa. Así todos ganan.
4- Trabajo personal
¿Estás haciendo algo de una forma porque siempre se ha hecho así? O acaso, ¿lo estás haciendo así porque es la mejor forma de hacerlo?
Cada cosa que hacemos tiene un proceso, un método. Generalmente esto ha sido definido por alguien más; que puede ser la persona que te lo enseño o lo que viste haciendo a alguien más. Sin embargo, como proceso, seguramente puede ser mejorado. Y en este ámbito es importante cuestionarse los métodos y herramientas.
Haz lo que se encuentre en tu círculo de influencia para hacer mejor tu trabajo. Ya sea que escribas, trabajes en carpintería, atiendas personas o trabajes dentro de un laboratorio, recuerda que siempre existe una forma de hacer mejor las cosas: identificar cómo y hacer el cambio depende de ti.
5- Salud
Como científico, sé que por cada cosa que hacemos, usamos o comemos, existe al menos un factor de riesgo (Si conoces a algún prevencionista de riesgo, pregúntale también). Y si eres de los que se informa muy bien antes de comer o usar algo, entonces probablemente llegues a un punto en que te vuelvas loco intentando encontrar exactamente lo que deberías estar comiendo o usando.
La información para conocer más, existe hoy en abundancia y está a un par de clics de distancia; pero atención: la información completa no está en un solo lenguaje. Además, hay que considerar que existe mucha información que no es verídica o está mal interpretada, ¡así que cuidado! Como dice Jimmy Wales: “El analfabetismo del futuro es no saber utilizar bien internet.”
Entonces concéntrate en tu “círculo de influencia” y en esos elementos que provocan el 80% del impacto en tu salud con el 20% de tus esfuerzos; como descansar adecuadamente, alimentarte con más vegetales y ejercitar tu cuerpo regularmente.
Como resumen práctico, quiero invitarte a hacerte la siguiente pregunta, tan seguido como puedas: ¿Qué puedo hacer aquí y ahora, para provocar un impacto positivo en el resto o en mi mismo?
Seamos el cambio que queremos ver en el mundo; o al menos en nuestro contexto. Se Proactivo.
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Autor: Cristian Estrada
by Cristian Estrada | Actitud, Lecciones de vida, Reflexiones
Resumen: Pasar por una situación difícil nos puede revelar habilidades y capacidades desconocidas, que pueden prepararnos mejor para la adversidad del futuro.
Lectura: 3 minutos, 39 segundos.
¿Quién disfruta los períodos difíciles de la vida? Por mucho tiempo, yo no. Y creo que tú tampoco.
¿Pero quieres saber algo curioso? Ahora estoy enamorado de los tiempos difíciles.
Obviamente cuando suceden, nos sentimos solos, poco valorados e incluso estúpidos. Pero luego de que el tiempo pasa y reflexionamos acerca de lo aprendido durante ese tiempo, nos podemos dar cuenta de que en esos tiempos habremos podido encontrar importantes lecciones de vida que nos dan identidad.
Durante situaciones como éstas, suceden muchas cosas, pero trabajando en equipo, estas 9 ocurren generalmente.
1. Aprendemos cosas nuevas
Cuando uno pasa por períodos complejos (de esos que se odian), se está bajo presión, preocupación, ansiedad o todo lo anterior. En estas condiciones es que se aprende a controlar estas emociones, se aprende cómo reaccionan otras personas y se aprende si es que en estos contextos la gente te ayuda o se escapa de ti.
Más importante aún, es que se pueden conocer los límites propios y saber con certeza de que somos capaces de más de lo que imaginamos.
2. Aprendemos a ser proactivos
En la vida de cada persona, existe al menos una vez en que se debe actuar obligatoriamente, incluso aunque no queramos. Por eso se les llama “tiempos difíciles”. Y mientras más actuamos, más resultados podemos obtener. Porque cuando nos volvemos proactivos, ganamos una ventaja sobre ese otro grupo de personas que odian ser proactivos; que componen casi el 80% de la población.
Es el restante 20% – la gente proactiva – la que obtiene los resultados.
3. Aprendemos lo que significa ser responsable
Ser personalmente responsable por todo lo que hacemos es una característica que pocos tienen. Si quieres un poco de ventaja sobre el resto, haz que la responsabilidad sea parte de ti.
Cuando se vienen los tiempos difíciles, debemos aceptar nuestra responsabilidad y comenzar a trabajar. No quejarse por los errores del pasado o por las complicaciones del ritmo de vida actual es parte importante de comportarse de manera responsable.
Ser responsable es aceptar la tarea que se supone que debemos hacer y hacerla sin quejas. Cuando esto se vuelve un hábito, las cosas comienzan a cambiar y comenzaremos a ver resultados más rápido.
4. Nos volvemos maestros en cosas difíciles
La persona que es proactiva y tiene voluntad para aceptar responsabilidades no tendrá miedo de hacer cosas difíciles. Esa persona sabe que está aprendiendo mucho y que la única forma de ser muy bueno en algo, es hacer las cosas difíciles primero.
5. Obtenemos el apoyo de otras personas
Cuando las personas nos ven trabajando duro, surge un deseo genuino de ayudar a medida que van conociendo que somos el tipo de persona que también estará allí para ayudarlos. Y también porque saben que al ayudarnos, estarán ayudando a otros en el proceso, con quienes se sentirán conectados de alguna forma.
La gente busca naturalmente generar un impacto y cuando ven a alguien que lo está logrando, se sienten generalmente dispuestos ayudar a ese tipo de persona.
6. Aprendemos a confiar en la gente a nuestro cargo
Los trabajadores están cansados de los malos compañeros de trabajo y las malas políticas de oficina. Cuando dejamos de quejarnos y nos hacemos responsable por nuestra labor; lo cual es un comportamiento poco usual, sucede que el resto de compañeros comienzan a confiar en nosotros tan sólo por tener una buena actitud profesional.
La gente disfruta estando alrededor de personas genuinas y que están dispuestas a ayudar.
7. La confianza personal aumenta
Lentamente, a medida que las cosas comienzan a cambiar a nuestro alrededor debido a nuestro comportamiento y comenzamos a ver resultados positivos, nos volvemos confiados en lo que hacemos en el lugar de trabajo.
8. Las cosas ya no se ven difíciles
No necesitamos más habilidades generalmente, sólo necesitamos más confianza. Cuando tenemos la confianza para hacer las tareas difíciles con el apoyo adecuado, lo que se ve difícil para el resto, se convierte en algo de rutina luego de todos los momentos difíciles y esfuerzos puestos.
9. Perdemos el temor
La única forma de superar el temor, es actuar. Y ya que habremos perdido el miedo a través de la acción, el apoyo de las personas correctas y la responsabilidad asumida, nuestra confianza será más grande y mejor.
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by Cristian Estrada | Actitud, Ilustración, Lecciones de vida, Reflexiones
Agradecimiento a los autores inspiradores de Zen Pencils.
by Cristian Estrada | Energía, Espiritual, Lecciones de vida, Mental, Reflexiones
Resumen: Aquellos que son capaces de extraer lo mejor de cada situación para quedarse con lo bueno sobre el resto, tienen mucho de lo que podemos aprender. La satisfacción depende de nuestra actitud con la vida y lo que nos sucede en ella.
Lectura: 5 minutos, 26 segundos.
Algunas personas parecen flotar por la vida con un interminable sentido de felicidad – incluso a través de los tiempos duros, se mantienen tranquilos e indiferentes, deteniéndose a oler rosas y a beber los vasos que están llenos hasta la mitad (o mitad vacíos). No tienen mucho de lo que estar contentos, pero la simpleza detrás de eso es lo que los hace feliz. Todo se trata de la perspectiva, esfuerzo consciente y atención personal.
A continuación se listan varias razones por las cuales algunas personas están siempre contentas.
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Manejan sus expectativas
No se enojan cuando no obtienen lo que quieren – o se engañan esperando obtener lo máximo de cada cosa. Ellos se aproximan a cada situación de forma pragmática, esperando el “si” pero preparados para lo peor.
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No fijan estándares poco realistas
Ellos no viven su vida en una constante búsqueda por una visión imposible de perfección, sólo para encontrarse quedando lejos o bajo el nivel que desean. Sino que definen metas y situaciones que son realistas según su contexto.
“No le pidas peras al olmo”.
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No dan las cosas por hecho
La felicidad descansa junto al sentido de satisfacción – aquellos que no logran detenerse para apreciar lo que tienen de vez en cuando, es probable que nunca experimenten satisfacción real.
Si es necesario, compara tu vida con la de alguien más y reflexiona sobre lo afortunado que en realidad eres.
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No son materialistas
Existen discusiones sobre si realmente o no el dinero puede comprar la felicidad; si es que puede entonces sabemos por experiencia que nunca podremos alcanzar la satisfacción porque siempre existirá algo nuevo o mejor que vamos a querer. ¿Quién ha tenido suficiente dinero para eso?
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No se dejan estar
Ellos no se preocupan por cosas pequeñas o pierden tiempo preocupándose sobre cosas poco importantes al final del día. En general, no dejan que los pensamientos negativos drenen su energía o se lleven su atención.
La vida es muy corta para preocuparse.
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Son independientes
Se preocupan por ellos mismos y entienden que deben poner sus necesidades primero para acomodar las necesidades de otros. Ellos hacen las cosas posibles, apuntan a lo que quieren, se hacen tiempo para ellos mismos y son extremadamente autosuficientes.
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Disfrutan de las pequeñas cosas
Se detienen a oler las flores en primavera. Están acostumbrados a encontrar tranquilidad cuando está disponible, para luego darle la bienvenida a la diversión o a una discusión interesante con un extraño que se cruzó en el camino. En general, no pasan por alto los pequeños detalles en la vida que pueden ser importantes.
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Se pueden adaptar
No tienen miedo del cambio y trabajan para lograr lo mejor de cada circunstancia; buena o mala. Ellos progresan bajo presión, no son arrollados fácilmente y están acostumbrados a cambiar el ritmo.
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Experimentan
Ellos prueban cosas nuevas, experimentan nuevos sabores y nunca se apocan ante situaciones que no han vivido. En un restaurant, es probable que no pidan lo mismo dos veces.
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Se toman su tiempo
No necesariamente se apresuran por la vida. Ellos trabajan acorde a su propia agenda al extremo que les resulta fácil avanzar en lo que importa a su propio ritmo.
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Usan diferentes perspectivas
Usualmente no se quedan pegados en un solo punto de vista; una pérdida puede resultar en una nueva oportunidad. Tocar fondo significa para ellos que desde ese punto, sólo se puede ir hacia arriba.
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Buscan aprender
Su constante búsqueda de conocimiento los mantiene inspirados e interesados en la vida. Ellos estiman la información y están en una cruzada de aprender todo lo que puedan mientras viven.
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Siempre tienen un plan
Ellos no se encuentran a sí mismos flotando sin rumbo. Cuando algo no va como lo han planeado, tienen un plan con cada letra del abecedario para apoyarse.
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Respetan para ser respetados
Ellos son respetuosos y en retorno, son considerados como respetables; el respeto por el resto que exudan es el motivo del respeto que se ganan del resto.
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Consideran cada oportunidad
Ellos siempre tienen sus ojos abiertos para ver los caminos del viaje y así poder encontrar esa avenida que vale el esfuerzo explorar.
Saben cómo reconocer los momentos oportunos y saltar sobre ellos para lograr lo mejor de cada circunstancia. El éxito es inevitable para ellos.
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Siempre buscan mejorar
El desarrollo personal perpetuo es clave para mantener su sed de éxito. Lo que sea que hagan, los enorgullece y buscan ser cada vez mejor; desde interacciones sociales a tareas comunes. Su persecución por ser su mejor versión de si mismos se materializa cada día que pasa.
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No se toman la vida muy en serio
No son de los que se enojan fácilmente, sobre analizan o complican los problemas. En vez de eso, se ríen de sus propios errores y desgracias.
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Viven en el momento
Ellos no viven para mañana o se quedan pensando en lo que pasó ayer. Cada día es una nueva oportunidad, un nuevo capítulo. Ellos viven en el ahora, y al hacerlo así, obtienen lo que más pueden de cada momento.
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Dicen “Si”
Mucho más de lo que dicen “No”. Ellos no necesitan ser fastidiados para salir; porque no le temen a las nuevas oportunidades o a una oportunidad que parezca arriesgada.
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Son introspectivos
Por sobre todo lo anterior, están en completo conocimiento de ellos mismos. Ellos meditan y están conscientes de sus estados mentales. Si algo les molesta, saben cómo arreglarlo y lo hacen.
Todos somos susceptibles a sentirnos decaídos de vez en cuando, pero al mismo tiempo, estamos equipados con las herramientas necesarias para descubrir las soluciones.
La falta de confianza, la incapacidad de sentirse satisfecho y la sensibilidad al estrés, son todos asuntos que pueden ser controlados a través de la forma en que llevamos nuestra vida y en la forma en que percibimos nuestro entorno y contexto.
La principal filosofía de vida usada por las personas más felices es la idea de que la vida es simplemente muy corta: Muy corta para dejar que algo te deprima, muy corta para darlo todo por hecho, muy corta para perseguir algo poco realista, etc.
Para algunos, emplear este tipo de pensamiento es algo inconsciente. Pero para otros, no lo es, por lo tanto llegar a este tipo de pensamiento requiere esfuerzo y constancia.
¿Te sentiste identificado con algunas características?
by Cristian Estrada | Ilustración, Lecciones de vida, Reflexiones
Créditos de los autores inspiradores de ZenPencils.
by Cristian Estrada | Energía, Lecciones de vida, Mental, Reflexiones
Resumen: Reflexionar y darte cuenta de tus capacidades para aprender puede resultar estimulante para incursionar en campos desconocidos. Si te estás sub-estimando, tómate un tiempo para valorar lo bueno que existe en tí.
Lectura: 3 minutos, 48 segundos.
De acuerdo a un estudio, se ha descubierto que las personas que aprenden rápido (Específicamente lenguajes) tienen más materia blanca y cerebros menos simétricos.
Aún así, aprender rápido depende de cómo usemos nuestro cerebro. Y es que algunas veces, algo que se ve complejo, se puede resolver de forma simple.
Si alguna vez fuiste capaz de lo anterior, entonces puede que tengas características de una persona que aprende con rapidez.
Y si tienes algunas de las que se mencionan a continuación, considérate parte del grupo!
1. No temes decir “no lo sé”
Los que aprenden rápido aceptan que no lo saben todo. Mantienen sus mentes abiertas y están dispuestos a hacer preguntas e indagar por respuestas para saber más. Mientras algunos dudan antes de mostrarse ignorantes ante un asunto, los buenos aprendices NO.
2. Usas el principio de Pareto
El aprendizaje veloz va de la mano con la productividad.
Según Vilfredo Pareto obtienes el 80% de tus resultados del 20% de las cosas que haces. Los buenos aprendices hacen uso de este principio al enfocarse en lo fundamental y en las herramientas más usadas durante las pruebas difíciles. Ellos no persiguen todo a la vez, sino que se enfocan en las partes importantes de lo que necesitan aprender. La clave está en saber identificar los pilares del conocimiento que quieres adquirir.
3. Eres capaz de visualizar
Cuando se enfrentan con problemas, los que aprenden con agilidad son multidimensionales. Ellos se aprovechan de todos sus sentidos para resolver un problema y son capaces de visualizar las respuestas o soluciones de manera dinámica, a medida que aprenden durante el proceso.
4. Eres capaz de simplificar
Aquellos que aprenden rápido saben que los problemas difíciles no necesitan enfrentarse de manera difícil. Muchas mentes brillantes desde Thomas Edison a Henry Ford e incluso Steve Jobs, han sido capaces de enfrentarse a desafíos con soluciones simples. Ellos simplifican y se sumergen en sus metas para encontrar los caminos más fáciles y simples posibles.
5. Pasas a la acción
Después de todo lo dicho, al final del día depende de ti actuar. Si estás aprendiendo un nuevo lenguaje, realmente no lograrás mucho progreso si no lo hablas, aunque lo hagas bien o no. Los que aprenden rápido aprenden haciendo y tomando acciones decisivas.
6. Eres selectivo
No necesitas saber ni abordar un problema de todas las formas posibles. En vez de eso, te tomas el tiempo para considerar lo que supone una mejor inversión de tu tiempo.
A través de este método, eres capaz de conseguir las mejores soluciones posibles.
7. Usas la ley de Parkinson
Tim Ferris, autor de “La semana laboral de 4 horas” indica que se puede obtener mucho al combinar la ley de Parkinson con el Principio de Pareto, con el fin de lograr mejores soluciones y aprender más rápido.
Mientras el principio de Pareto significa invertir en las acciones correctas para obtener lo mejor de tu tiempo, la Ley de Parkinson indica que al limitar tu tiempo para aprender cosas nuevas, terminarás enfocándote sólo en lo importante. Los que aprenden rápido se enfocan en los pilares importantes del tema y no invierten tiempo en las partes con poca importancia.
8. Sabes cuando detenerte
Los que aprenden rápido saben cuando parar y no proceder. Si algo no funciona de forma predecible que pueda llevar a una resolución racional, es mejor retirarse. Ellos entienden la ley de rendimiento decreciente y por esto sólo invierten tiempo en lo que les entregará una retribución del tiempo invertido.
9. Sabes cómo anticipar el futuro
Lo que se vuelve viejo y obsoleto no le sirve a alguien que busca aprender cosas nuevas, entonces se vuelve fundamental aprender a adaptarse y anticipar tendencias futuras y situaciones. Puedes enfocarte en el futuro y en cómo puedes aplicar los conocimientos que estás aprendiendo cuando llegue ese momento.
10. Entiendes que muchas preguntas no tienen respuestas
A través de la selección que has realizado, ya tienes una noción de lo que vale el tiempo preguntar o estudiar. Ya sabes que cuando una pregunta es complicada y tiene muchas otras preguntas complejas asociadas, probablemente no exista respuesta definitiva para ella.
11. Puedes explicarle a un niño
Luego de sumergirte y empaparte en un tema, puedes comunicar tus pensamientos y opiniones en ese tópico de manera tan efectiva que hasta un niño puede entenderte.
12. Eres positivo
Los que aprenden rápido no muestran una actitud negativa en aprender lo que es importante para ellos. Son positivos incluso cuando se enfrentan a improvistos y desafíos importantes.
13. Puedes buscar la opinión de expertos
Sabes que existen personas mejores que tú en un tema, sabes cómo encontrarlos y te atreves a contactarlos.
Nadie aprende tanto sin incluir maestros en su camino!
Autor: Casey Imafidon
Artículo original
Traducido por Cristian Estrada