Resumen: Ser proactivos significa hacernos cargo de nuestra vida y actuar de manera constante para lograr lo que buscamos. Reconocer en qué somos reactivos es clave para comenzar a cambiar y avanzar hacia una mejor versión de nosotros mismos.
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Todo lo que se basa en personas cambia constantemente; la tecnología, las instituciones, la ciencia, en fin: la sociedad misma.
Y para que esos cambios sean provocados, deben existir impulsores de cambio, es decir, personas clave dispuestas a liderar o impulsar proyectos en sus áreas, que busquen mejoras o métodos alternativos para cumplir los objetivos del equipo en que trabajan. Y en este contexto, es común hoy escuchar sobre la gente “proactiva”.
Seguramente has escuchado sobre esa persona “proactiva” dentro de tu institución, pero ¿sabes que es lo que realmente significa?
Según Stephen Covey, ser proactivo significa mucho más que tener iniciativa. Significa que nuestro comportamiento es producto de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Y que, más importante aún, somos los responsables de actuar para que las cosas sucedan. Por lo tanto, ser proactivo significa actuar e influenciar sobre las cosas que podemos manejar a nuestro favor (ánimo, motivación, energía, hábitos). A este círculo se le llama “Círculo de influencia”.
En la contraparte, la gente reactiva es la que se deja influenciar por las condiciones en que se encuentra. Ser reactivo significa depender de lo que sucede alrededor para actuar o responder, es decir, quedar a merced de las circunstancias. Por este motivo, estas personas se concentran más en cosas sobre las cuales no tienen control, pero que afectan su vida (clima, delincuencia, suerte). A este círculo se le llama “Círculo de preocupación”.
Una vez comprendido esto, es importante preguntarnos: ¿A qué le voy a dedicar más tiempo y energía?. En lo personal, creo que la respuesta es bastante clara.
Y recordando que este no es un tema nuevo, existe un proverbio Chino que nos aproxima muy bien a la búsqueda de la respuesta a esa pregunta: “Si un problema tiene solución, ¿para qué preocuparse? Y si no la tiene, ¿para qué preocuparse?”.
Con esto claro, aquí se listan algunas acciones simples para dejar de ser Reactivo y volverse más Proactivo en distintas áreas.
1- Relaciones personales
“Me vio, y no me saludó” – ¿Cuántas veces hemos pensado esto? Seguramente muchas. Pero al mismo tiempo que pensamos eso, es altamente probable que la otra persona haya pensado lo mismo. Entonces ¿quién tenía que saludar primero? – La persona proactiva.
Cada vez que te encuentres con un conocido, salúdalo. Incluso si no sabes su nombre. Un saludo es siempre bien recibido; demuestra cortesía, educación y afecto. Así que para la próxima vez que veas a alguien en la calle, en la sala o e algún evento, encuentra el momento adecuado para saludarlo; no esperes un saludo. Conviértete en el que inicia la conversación o en el que se acuerda de llamar – se proactivo.
2- Relaciones públicas
Cada vez que puedas, haz que alguien cerca de ti se sienta bien. Esto puede ser a través de un favor; aportando en algo que esa persona necesite, o puede ser a través de un cumplido; diciéndole lo bien que lo hizo, comentando lo bien que se ve hoy o agradeciendo un acto suyo. Todos estos gestos harán que casi cualquier persona se sienta bien. Para algunas personas, un solo gesto como estos basta para mejorarles el día
3- Ámbito profesional
Si estás con gente a tu cargo, diles lo bien que lo hicieron luego de completar una tarea y agradéceles por su esfuerzo. Hazlos sentir importantes dentro del grupo porque gracias al trabajo colectivo lograron una meta. Y al momento de planificar, adelántate a los problemas y propón soluciones; ¿tienen un plan B para resolver la adversidad eventual? ¿Cómo se va a mantener motivado al equipo durante el trayecto hasta la meta?
Por otro lado, si no estás a cargo y debes trabajar codo a codo con tus colegas, agradece especialmente a ese que te ayudó en un momento complicado y no dudes en pedir ayuda o consejos si es que alguien tiene más experiencia que tú para una tarea específica; esa persona se sentirá valorada y útil. Al momento de planificar, identifica problemas que nadie haya notado y sugiere soluciones desde tu experiencia. Si logras identificar un problema pero no sabes la solución, piensa y sugiere a un compañero de trabajo que tenga la experiencia para proponer la mejor alternativa. Así todos ganan.
4- Trabajo personal
¿Estás haciendo algo de una forma porque siempre se ha hecho así? O acaso, ¿lo estás haciendo así porque es la mejor forma de hacerlo?
Cada cosa que hacemos tiene un proceso, un método. Generalmente esto ha sido definido por alguien más; que puede ser la persona que te lo enseño o lo que viste haciendo a alguien más. Sin embargo, como proceso, seguramente puede ser mejorado. Y en este ámbito es importante cuestionarse los métodos y herramientas.
Haz lo que se encuentre en tu círculo de influencia para hacer mejor tu trabajo. Ya sea que escribas, trabajes en carpintería, atiendas personas o trabajes dentro de un laboratorio, recuerda que siempre existe una forma de hacer mejor las cosas: identificar cómo y hacer el cambio depende de ti.
5- Salud
Como científico, sé que por cada cosa que hacemos, usamos o comemos, existe al menos un factor de riesgo (Si conoces a algún prevencionista de riesgo, pregúntale también). Y si eres de los que se informa muy bien antes de comer o usar algo, entonces probablemente llegues a un punto en que te vuelvas loco intentando encontrar exactamente lo que deberías estar comiendo o usando.
La información para conocer más, existe hoy en abundancia y está a un par de clics de distancia; pero atención: la información completa no está en un solo lenguaje. Además, hay que considerar que existe mucha información que no es verídica o está mal interpretada, ¡así que cuidado! Como dice Jimmy Wales: “El analfabetismo del futuro es no saber utilizar bien internet.”
Entonces concéntrate en tu “círculo de influencia” y en esos elementos que provocan el 80% del impacto en tu salud con el 20% de tus esfuerzos; como descansar adecuadamente, alimentarte con más vegetales y ejercitar tu cuerpo regularmente.
Como resumen práctico, quiero invitarte a hacerte la siguiente pregunta, tan seguido como puedas: ¿Qué puedo hacer aquí y ahora, para provocar un impacto positivo en el resto o en mi mismo?
Seamos el cambio que queremos ver en el mundo; o al menos en nuestro contexto. Se Proactivo.
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Autor: Cristian Estrada
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