Resumen: Para sacar lo mejor de nuestro día, es fundamental tener la energía necesaria para realizar todo eso que nos gusta. Conocer cómo podemos descansar mejor es la base para poder tener más energía al día siguiente.
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Despertarse cada día, sentirse vivo, recargado y con un día más de vida que agradecer, es algo impagable sin duda alguna.
Pero a veces ocurre que al despertar, queremos seguir durmiendo o no tenemos la voluntad para dejar la cama.
¡Invertir 1/3 de nuestra vida durmiendo es suficiente como para luego tener que despertarse sin energía!
Personalmente, creo que existen pocas cosas tan frustrantes como dormir sin descansar; porque la finalidad de ese proceso es efectivamente lograr que el cuerpo se recupere, para poder rendir al día siguiente con la batería al 100%.
Para nuestra fortuna, hoy este proceso se comprende mucho mejor y la ciencia ha logrado descifrar varios enigmas que tenían que ver con el sueño.
Si alguna vez pensaba que dormir era una pérdida de tiempo, hoy creo que estuve profundamente equivocado y estoy convencido que dormir lo que necesite nuestro cuerpo (que puede variar bastante para cada persona según características personales y estilo de vida), es fundamental para poder lograr las metas que nos proponemos; porque finalmente dependemos de la energía para actuar cada día y dependemos de nuestra salud física y mental, que se mantiene gracias a un buen descanso.
Entonces, antes de profundizar en este artículo, la primera pregunta que debemos responder es:
¿Para qué dormimos?
Hasta hace pocos años, el argumento más sólido al “Por qué”, según William Dement (Uno de los primeros científicos en estudiar este fenómeno) era “porque nos da sueño”.
Así que mejor entendamos el “Para qué”, y es que existen procesos clave que ocurren durante el sueño; como recordar lo aprendido durante el día, eliminar los desechos acumulados en el cerebro, reparar lesiones del cuerpo y generar memoria de lo que nos ocurre.
Y producto de esto anterior, es que luego de dormir, nos sentimos “refrescados”; ya que el cerebro está limpio para pensar con claridad, nos sentimos recuperados físicamente; porque las lesiones fueron reparadas y podemos recordar lo aprendido; porque se consolidó la información recibida de día anterior.
Y ya que esto tan importante; que ocupa 1/3 de nuestras vidas, es clave para nuestro desarrollo, aquí van algunos consejos, desde la ciencia, para poder dormir mejor y tener más energía al día siguiente.
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Durante el día
Comer alimentos ricos en triptófano
El triptófano es uno de los ingredientes clave para que nuestro cuerpo pueda producir Melatonina; la hormona del sueño. Y ya que nuestro cuerpo es incapaz de producirlo, debemos conseguirlo de otras fuentes.
Según esta base de datos de nutrientes, los 10 alimentos con más triptófano son: semillas y nueces, soya, queso, carnes rojas, pollo y pavo, pescado atún, mariscos, avena, legumbres, huevos.
La base científica.
Hacer ejercicio
Realizar actividad física durante el día prepara a nuestro cuerpo para dormir mejor, de modo que al llegar la noche, será más fácil conciliar el sueño.
Según la Sleep Foundation, realizar ejercicio moderado durante el día es suficiente para dormir mejor. Incluso se sugiere como la forma natural; sin usar fármacos, para poder conciliar mejor el sueño.
Ejercitar antes de las 3-6 horas previo a dormir es lo óptimo para obtener los mejores resultados.
La base científica
Evitar las siestas largas
Una siesta puede ser reponedora si se usa correctamente. La Sleep Foundation, sugiere siestas de no más de 30 minutos para obtener los beneficios de estar más alerta y con menos sueño, al mismo tiempo que no se afecta nuestro descanso nocturno.
Una siesta larga podría “confundir” a nuestro cuerpo y provocar que nos cueste conciliar el sueño de noche.
La base científica
Antes de dormir
Desconectarse de las pantallas
El gran problema con la tecnología y el descanso actualmente, es que no nos desconectamos por completo cuando debemos dormir; usando dispositivos móviles aún cuando estamos en la cama, esperando dormir luego de revisar esos últimos mensajes.
El problema con esto, es que nuestros ojos son muy sensibles a la luz y al leer esa pantalla, estamos engañando a nuestro cerebro haciéndole creer que aún es de día; haciendo difícil que nos de sueño.
La base científica
Evitar comer
Cada vez que ingerimos alimento, nuestro sistema digestivo se activa para procesar la comida; esto significa que al intentar dormir justo luego de comer, la actividad metabólica producida por este proceso hará difícil poder conciliar el sueño.
Es recomendable dejar de comer unas 3 horas antes de dormir, para que nuestro cuerpo se encuentre en reposo y con un nivel de gasto energético bajo; condición óptima para comenzar a descansar.
Tomar una ducha tibia
Una ducha tibia puede relajar nuestro cuerpo además de elevar la temperatura temporalmente, y luego cuando la temperatura del cuerpo desciende, esta señal es interpretada como “tiempo de dormir” por nuestro cuerpo; lo que favorece que el sueño se pueda conciliar más rápido.
La base científica
Si buscamos rendir al 100% cada día, es clave conseguir el descanso adecuado.
¡Recuerda que invertimos 1/3 de nuestra vida durmiendo! ¡Haz que lo valga!
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Autor: Cristian Estrada
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