6 años midiendo el uso del tiempo – Lecciones y resultados
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RESUMEN
Iniciar una contabilidad de tiempo personal tiene muchos beneficios, como ser más realista. Al saber cuánto tiempo tenemos disponible y cómo lo estamos usando podemos avanzar en la toma de decisiones más complejas que tienen que ver con gestión del tiempo, como trabajo futuro o tiempos mínimos necesarios.
“Lo que no se mide, no se gestiona” o “No se puede gestionar lo que no se mide”.
Frases de este estilo se le atribuyen a Peter Drucker, un intelectual austríaco-americano del área de administración.
Pero en la práctica, esto se ha desmentido varias veces, porque si se puede gestionar algo que no se mide.
Nuestro tiempo, por ejemplo, rara vez es medido; pero siempre es gestionado.
Entonces, ¿de qué sirve comenzar a medir algo como el tiempo?.
En esta nota te comparto todos mis aprendizajes luego de 6 años midiendo el uso de mi tiempo.
Mis razones para medir el uso del tiempo
Inicié este blog hace 7 años con la intención de producir más en menos tiempo, para pasar más tiempo haciendo menos.
Tuve algunas malas experiencias de vida (accidentes, relaciones terminadas, mal rendimiento) que fueron resultado de no manejar bien mis tiempos y por eso decidí comenzar este camino de aprendizaje, auto-conocimiento y disciplina personal.
Por esto, mis razones para iniciar y continuar generando mi propia contabilidad de tiempo fueron cambiaron en el camino.
Aquí van en orden de llegada:
- Comprender cómo estoy usando el día: fue relevante para definir la “línea base”, ya que esto permite comparaciones.
- Experimentar diferentes presupuestos de tiempo: fue importante porque me permitió entender qué funciona mejor para mi estilo de vida.
- Evaluar avances de metas personales: medir el tiempo generó una base de conocimiento con la que pude comparar y entender qué tan lejos o cerca estaba de los cambios que quería implementar.
- Valorizar mi tiempo trabajado: medir el tiempo trabajado en contraste con los resultados financieros que estoy generando.
Midiendo el uso del tiempo en el mundo real
PRIMERO
Para comenzar, es clave detenerse un momento a reflexionar sobre cómo vamos a categorizar las actividades.
Son muchas cosas las que suceden en 24 horas, pero ¿cómo deberíamos categorizarlas?.
Mi forma de registrar actividades se detalla aquí:
Actividad cognitiva: Leer un libro, estudiar, participar de un curso
Actividad física: Deportes, gimnasia, labores físicas pesadas
Actividad social: Eventos con amigos, espacios familiares
Compras: Compras presenciales y digitales
Empresa: Trabajo en mi empresa
Entretenimiento: Películas, juegos, redes sociales
Imprevisto: Cualquier cosa que no queda en otra categoría, generalmente emergencias
Meditación: Ejercicios de flexibilidad, meditación, respiración consciente
Necesidades básicas: alimentación, higiene, descanso, sexo
Manutención: Reparaciones, ajustes digitales, limpieza de artefactos
Otros proyectos: Trabajo en proyectos secundarios
Tareas domésticas: Limpieza, orden de espacios físicos, orden de espacios digitales
Transporte: Movilización a otro lugar
Vacaciones: Espacio conexión con el presente, se cuenta todo el tiempo, sin categorizar de ninguna forma
A su vez, todo esto se agrupa en 4 categorías de actividades:
Actividades básicas: Agrupa Necesidades básicas, Transporte, Tareas domésticas, Manutención y Compras
Trabajo: Agrupa Emprendimiento y Otros proyectos
Desarrollo personal: Agrupa Actividad cognitiva, Actividad física, Meditación
Ocio: Agrupa Actividad social, Entretenimiento y Vacaciones
SEGUNDO
Como segundo aspecto más importante, aunque registrar información es muy simple, registrar el uso del tiempo requiere de especial cuidado porque lo vamos a estar haciendo muchas veces al día.
Por este motivo, es mejor usar aplicaciones dedicadas a esto que facilitan mucho el proceso.
El punto de partida clave es definir cómo quieres registrar el tiempo:
- Hacia el futuro – Registrar el tiempo al iniciar una actividad
- Hacia el pasado – Registrar el tiempo al terminar una actividad
En mi caso, aunque comencé con una aplicación de registro “Hacia el futuro”, que en la práctica fue poco práctico e incluso incómodo, al tercer año cambié de forma de registro “Hacia el pasado”.
Esto fue debido a que estaba llevando a registros incompletos, inconsistentes y de baja calidad.
Así que luego de revisar varias opciones, me quedé con Save My Time.
Save My Time permite anteponer una pantalla de actividades cada vez que enciendes de nuevo la pantalla de tu smartphone y te pregunta “¿Qué has hecho últimamente?”.
Una vez ahí se puede indicar una única actividad o incluso varias; que es muy útil cuando ha pasado mucho tiempo entre varias actividades y no has tomado el móvil.
TERCERO
El tercer aspecto importante es generar el hábito de realizar estos registros. Toma un poco de práctica; como cualquier cosa, pero no es nada complejo.
Una vez que me habitué a registrar siempre, comencé a conseguir información de calidad sobre cómo estaba usando mi tiempo.
Así que en resumen de cómo llevar la contabilidad del tiempo a la práctica, son 3 cosas clave:
- Categorizar nuestras actividades
- Escoger una herramienta de registro “hacia el futuro” o “hacia el pasado”
- Generar el hábito de registrar las actividades
Mis resultados midiendo el tiempo
Revelación – No tengo 24 horas disponibles al día.
Tengo aproximadamente 12 horas en las que de verdad puedo elegir qué hacer. Las otras 12 no son negociables; porque son de supervivencia o en términos prácticos, todo mi tiempo registrado en el Grupo “Actividad básicas”.
Revelación – Necesito 20 horas de actividades sociales al mes
Como persona ambivertida con tendencia introvertida, no invierto mucho tiempo con personas. Pero de todas formas necesito un poco de contacto social, que luego de varios años pude estimar en unas 20 horas al mes para mantener una buena salud mental.
Revelación – Mi descanso es ineficiente
Al comenzar a registrar el tiempo descansando, me fijé que el tiempo fluctúa entre 8 y 10 horas. Esto ocurría porque pasaba el tiempo en cama sin dormir, a veces alcanzaba hasta los 90 minutos. Para peor, algunas veces despertaba sin sentirme descansado. Entendido esto, comencé a cambiar mis hábitos previo al descanso, para invertir entre 8 y 9 horas como máximo. Esto generó al menos unas 365 horas extra al año.
Resultado – 6 horas trabajadas al día son suficientes
Con la productividad que alcancé en estos años, estaba logrando mejores resultados en 6 horas en el año 6 que en 9 horas de trabajo durante el año 1. Esto se debe principalmente a que el trabajo que realizo es intelectual y a que he aprendido a integrar automatización digital e inteligencia artificial a varios de mis procesos de trabajo.
Resultado – Menos tiempo trabajando y más tiempo haciendo menos
En estos 6 años, he estado progresivamente trabajando menos y ganando más tiempo para mí, para seguir conociendo, aprendiendo, creando y transformando.
En el año 1, dediqué 3300 horas anuales a trabajar, mientras que en el año 6 invertí unas 1000 horas menos; es decir 2300 horas trabajando.
Cabe destacar que en mi país, Chile, un empleado invierte cerca de 2000 horas al año en su trabajo (sin considerar tiempo de traslado).
Resultado – Hora de trabajo valorizada
Durante el último año 2022, considerando horas trabajadas y dinero generado, mi valor generado por hora fue de $13.000 pesos Chilenos (15,5 USD). Esta cifra se convierte en un indicador de comparación que seguiré usando a futuro.
Si tienes experiencia con la contabilidad de tu propio tiempo, ¿qué herramientas utilizas?. Me encantaría saber.
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