10 Errores de pensamiento que aplastan tu fortaleza mental
Resumen: Nuestra propia forma de pensar moldea la opinión que tenemos de nosotros, de otros y de lo que el futuro tiene para nuestra vida. Reconocer estos patrones y corregirlos es importante para mejorar nuestras relaciones y conseguir nuestros objetivos.
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La fortaleza mental requiere de 3 pilares para su desarrollo:
- Administrar nuestros pensamientos.
- Regular nuestras emociones.
- Comportarnos productivamente respecto de nuestras circunstancias.
Aunque las 3 áreas pueden ser un verdadero desafío por sí solas, es muy común que nuestros pensamientos sean la dificultad para ser mentalmente más fuertes.
A diario en nuestras rutinas, nuestro narrador interno narra nuestra experiencia. Y es ese, nuestro diálogo unipersonal el que guía nuestro comportamiento e influencia cómo interactuamos con otros. También juega un rol importante en cómo nos sentimos respecto de nosotros mismos, otras personas y el mundo en general.
Muy frecuentemente, sin embargo, nuestros pensamientos conscientes no son realistas; son irracionales e imprecisos. Por tanto, creer en nuestros pensamientos irracionales puede llevarnos a problemas que afectan nuestra comunicación, nuestras relaciones y nuestras decisiones.
Ya sea que persigues metas personales o profesionales, la clave para el éxito generalmente comienza con reconocer y reemplazar pensamientos imprecisos. Los errores más comunes del pensamiento pueden ser divididos en estas 10 categorías, las que fueron adaptadas del libro de David Burn: Sentirse bien: La nueva terapia del estado anímico.
1. Pensamiento del TODO o NADA
Algunas veces vemos las situaciones como negro o blanco: quizás tengas estas 2 categorías de colegas en tu trabajo – los buenos y los malos. O quizás miras cada proyecto como un éxito o un fracaso.
Es bueno reconocer las sombras de gris, en vez de poner etiquetas de “todo bueno” o “todo malo”.
2. Sobre-Generalizar
Es fácil tomar un evento particular y generalizarlo al resto de tu vida. Si fallaste para cerrar un negocio, puede que decidas pensar “Soy malo en el cierre de negocios”. O si has sido tratado mal por miembros familiares, puede que decidas pensar “Todos en mi familia son unos maleducados”.
Es bueno darse cuenta de cuando un incidente puede aplicar a un momento en particular, en vez de todo el resto de tu vida.
3. Filtrar lo positivo y dejarlo fuera
Si ocurren nueve cosas buenas y una mala, algunas veces filtramos las buenas y nos quedamos con las malas. Quizás lo dejamos como un mal día, a pesar de todo lo positivo que haya ocurrido. O quizás cuando evaluamos nuestro desempeño en el día la conclusión es “pésimo” a pesar de que sólo cometimos un error.
Filtrar fuera lo positivo podría estar evitando tener una mirada realista sobre una situación.
Es bueno desarrollar una mirada balanceada al considerar ambas cosas; lo positivo y lo negativo.
4. Lectura mental
Nunca podemos estar seguros de lo que otra persona piensa. Pero aún así, ocasionalmente asumimos saber lo que pasa en la mente de otra persona. Cosas como “Debió haber pensado que soy un estúpido en la reunión” hace una inferencia que no necesariamente está basada en la realidad.
Es bueno recordarse a uno mismo que podríamos estar haciendo supuestos equivocados sobre las percepciones de otras personas.
5. Catastrofizar
Algunas veces pensamos que las cosas son mucho peores de lo que realmente son. Si fracasas al alcanzar tus metas financieras un mes puede que pienses “Voy a terminar en la quiebra.”, o quizás “Nunca ahorraré lo suficiente para mi vejez.” incluso aunque no exista evidencia para esa situación. Puede ser fácil envolverse en una corriente de pensamientos catastróficos una vez que nuestros pensamientos se vuelven negativos.
Cuando toque predecir el “oscuro final”, es bueno recordar que existen múltiples posibilidades para un resultado.
6. Razonamiento emocional
Nuestras emociones no están siempre basadas en la realidad, pero frecuentemente los asumimos como racionales.
Al estar preocupados por un cambio de carrera profesional, podríamos pensar “Si me aterra tanto esto, no debería cambiar de trabajo.” O podríamos estar tentados de asumir “Si me siento como un perdedor, debo ser un perdedor”.
Es esencial reconocer que nuestras emociones, así como nuestros pensamientos, no están siempre basados en hechos.
7. Etiquetar
Etiquetar significa poner un nombre a algo. En vez de pensar “Ella se equivocó”, quizás podríamos pensar en esa vecina como “una idiota”. Etiquetar a las personas y experiencias las coloca en categorías que frecuentemente están aisladas en incidentes.
Es bueno darse cuenta cuando estamos intentando categorizar para evitar poner etiquetas mentales en todo.
8. Predicción de fortuna
A pesar de que nadie sabe lo que pasará en el futuro, algunas veces a algunas personas les gusta pensar que pueden predecir los resultados. Cosas como “Voy a ser una vergüenza mañana” o “Si comienzo a hacer la dieta, voy a subir de peso.” Este tipo de pensamientos pueden convertirse en profecías personales si no somos cuidadosos.
Al momento de predecir el futuro oscuro es bueno recordar que existen muchas otras posibilidades que podrían ocurrir.
9. Personalización
Por mucho que nos guste decir que el mundo no gira alrededor de nosotros, es fácil personalizar lo que nos ocurre. Si un amigo no llama de vuelta se podría asumir que “Está enojado contigo” o si un colega está gruñón se podría concluir que “No se lleva bien contigo”.
Cuando nos encontramos “personalizando” lo que ocurre, es bueno tomarse el tiempo para ponderar otros factores que podrían estar influenciando las circunstancia.
10. Ideal irreal
Hacer comparaciones injustas sobre nosotros mismos y otras personas podría arruinar nuestra motivación.
Mirar a alguien que ha conseguido mucho éxito y pensar “Yo debería haber hecho eso.”, no ayuda en absoluto, especialmente si esa persona tuvo golpes de suerte o ventajas competitivas en el camino al éxito.
En vez de medir la vida en comparación con la de otra persona, es bueno comprometerse en el camino personal del éxito.
Arreglando los errores de pensamiento
Una vez reconocidos los errores de pensamiento, es un buen comienzo desafiar esos pensamientos.
Buscar las excepciones a la regla y conseguir evidencia de que nuestros pensamientos no son 100% verdaderos es una buena práctica, porque luego se pueden reemplazar los pensamientos iniciales con pensamientos más realistas.
No es necesario que el objetivo sea reemplazar los pensamientos negativos con idealismos o pensamientos positivos. En vez de eso, se trata de reemplazar con pensamientos realistas.
Cambiar la forma en que pensamos requiere de mucho esfuerzo al comienzo, pero con práctica, se notarán estos cambios; no simplemente en la forma de pensar, sino que también en la forma en que nos comportamos.
A fin de cuentas, se puede hacer la paz con el pasado mirando el presente de forma distinta, y sobre todo, pensando en el futuro de una forma que apoye tus posibilidades de alcanzar tus propias metas.
Autor: Amy Morin
Artículo original
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