¿Por qué no trabajar nos hace sentir culpables?

by Feb 16, 2019Enfoque0 comments

}

Tiempo de lectura

2 minutos y 32 segundos.

RESUMEN

Tomar descansos generalmente nos hace sentir culpables. Este sentimiento viene del hecho de que valoramos tanto trabajar, que cuando dejamos de trabajar consideramos el costo asociado. Sopesar este sentimiento con los beneficios de descansar y tomar pausas es clave, ya que finalmente son estos detalles los que te pueden hacer más productivo.

La culpa es una emoción informativa – generalmente es un signo de que no estamos actuando acorde a nuestros valores. Por ejemplo, aquí hay algunos ejemplos de lo que me hace sentir culpable generalmente:

  1. Ingerir mucha azúcar
  2. Demorarme más de 1 día en responder correos
  3. Llegar atrasado
  4. Recordar momentos en donde no di lo mejor para apoyar a otra persona
  5. Botar a la basura algo reciclable
  6. No usar la bicicleta al menos 1 vez al día
  7. Comer demasiado por dejarme llevar por la presión social de un evento

No hago lo anterior de forma recurrente, pero cuando lo hago, no estoy actuando acorde a mis valores. Y esto me lleva a sentir culpa, ya que pienso en mi como una persona saludable, disciplinada, confiable, solidaria y empática.

Pero resulta muy difícil actuar acorde a nuestros valores el 100% del tiempo, así que la culpa nos sirve de recordatorio de que no lo estamos haciendo.

Existe otra cosa que realmente me hace sentir culpable: no trabajar.

Nuestra productividad generalmente se guía por nuestra culpa de no trabajar. De seguro que trabajamos arduamente para generar dinero, apoyar a nuestras familias y ahorrar para el retiro. Pero también trabajamos duro para minimizar los sentimientos de culpa.

Mientras más proyectos tengamos en curso, más resultados tenemos que conseguir de cada momento y mientras más notificaciones en nuestro entorno indiquen lo “ocupados” que estamos, menos culpa sentimos. Pero en general, esta búsqueda sin dirección de perseguir más – ya sea en cada momento o en general – nos hace perder el foco.

Me he dado cuenta de que la culpa de no trabajar emana de 2 lugares:

  • Primero, viene del hecho de que valoramos el trabajo duro.
  • Segundo, consideramos costo de oportunidad de nuestras acciones cuando sea que no estamos trabajando – pensando en lo que podríamos estar haciendo en vez de lo que estamos haciendo en ese momento; en cuyo caso el costo de la oportunidad es trabajar.

Para superar esta culpa, al menos para mi funciona reflexionar en el valor que le pongo a lo que no es trabajo. El trabajo es importante, pero irónicamente, alejarnos del trabajo es algo que nos ayuda a hacer un mejor trabajo en general.

Desconectarnos, relajarnos y dispersar nuestra atención es una de las mejores formas de ser más productivo. Estas tácticas nos ayudan a descansar, conectar puntos y planificar el futuro.

Si sientes los mismos niveles de culpa durante los momentos de descanso, recomiendo esta estrategia: sopesar esta emoción reflexionando en cómo necesitas recargarte y desconectarte – y, más alla que eso, cómo el generar un buen trabajo depende de eso.

Reflexiona en cosas como:

  • Cuánto valoras descansar tu mente para que puedas hacer más y mejor trabajo creativo.
  • Cómo tu concentración se beneficia de las pausas.
  • Cómo las grandes ideas llegan a tu mente cuando tu mente divaga (cuando no estás trabajando)
  • Cuán seguido tu mente considera y planifica el futuro mientras te desconectas.

La culpa es, usualmente, un signo de que no estás actuando en concordancia a tus valores. Pero no dejes que esta culpa de no trabajar impida que consigas ese merecido descanso.

Es posible que comiences a valorar el “no trabajar” también.

Artículo original

Autor: Chris Bailey

Editado y traducido por Cristian Estrada