by Cristian Estrada | Trabajo en equipo
Resumen: Comprendiendo la historia profunda de algunos superheroes, podemos aprender valiosas lecciones para el trabajo en equipo; justo como hacen ellos en la mayoría de casos.
Lectura: 2 minutos, 51 segundos.
Con agendas saturadas, fechas límite inminentes y muchos otros desafíos a diario en la gestión de proyectos, ¿has deseado alguna vez tener súper-poderes para resolver todo eso, y más, de manera mágica?
Quizás no necesitamos los poderes que tienen los superhéroes; pero si podemos aprender algunas lecciones valiosas de ellos y de su actitud.
Thor – Ser humildes

Este Dios del trueno fue enviado a la Tierra y despojado de sus poderes, hasta que probara ser humilde. Jim Collins, el autor del best-seller “Good to Great” y “Built to Last”, sugiere que la humildad es el factor clave de ser un gran líder de equipo.
Como ejemplo, él escribe sobre Darwin Smith, CEO de Kimberly-Clark. Descrito como alguien “tímido, poco pretencioso, e incluso incómodo”, él fue capaz de llevar la compañía a ser entre las mejores del rubro en el mundo, durante sus 20 años como CEO.
Hombre Araña – Ser responsables

Peter Parker aprendió con dureza que “Con un gran poder, viene una gran responsabilidad”. Aunque un líder de proyecto no necesita salvar a Nueva York de científicos que se vuelven locos, el éxito de un proyecto es definitivamente un gran peso que recae sobre sus hombros.
Sin embargo, como indica Ian McAllister (Administrador Senior de Tráfico en Amazon), en su respuesta en Quora; “ser el responsable es distinto que ser el culpable. Sólo recuerda que al final del día, no importa quién tuvo la culpa, sino que importa que ese error no se vuelva a cometer en el futuro.”
Además, según indica una encuesta de Wrike, más del 80% de los líderes de proyectos creen que el sentido de la responsabilidad es la motivación más importante para ellos!
Linterna Verde – Ser creativos

Un líder de proyecto puede aprender un par de cosas de Hal jordan, quien usaba su anillo para materializar cosas que existían en su mente. Cuando la competencia es dura, necesitas ser creativo para adelantarte.
Edward de Bono, autor del concepto de “pensamiento lateral” (que es un sinónimo poco usado de ‘pensamiento fuera de la caja’ o ‘out of the box’), dijo “El pensamiento creativo no es un talento; es una habilidad que puede ser aprendida. Empodera a la gente para fortalecer sus propias habilidades naturales, lo que mejora el trabajo en equipo, productividad y rendimiento”.
La Mole – Ser empáticos

No dejes que las apariencias te engañen, este personaje robusto puede verse como el típico ‘tipo duro’, pero él es el corazón y alma de los Cuatro Fantásticos. Él posee la característica que el famoso psicólogo y periodista científico, Dr. Daniel Goleman, cree que es crítica para un líder exitoso – la empatía. “Los líderes con empatía hacen más que simpatizar con la gente alrededor de ellos: ellos usan su conocimiento para mejorar a quienes los rodean de manera sutil, pero importante.”
Esto no significa que estén de acuerdo con todos o traten de complacer al resto que les rodea. En vez de eso, “ellos consideran profundamente los sentimientos – entre otras cosas – de los que componen su equipo, para poder tomar decisiones inteligentes.”
Profesor X – Formar superheroes

Probablemente ha sido el mejor líder de equipos en el Universo Marvel; Profesor Charles Xavier. Él no tan sólo formó al famoso equipo “X-Men”, sino que además fundó una escuela que ayudó a los jóvenes superdotados a desarrollar de manera segura sus poderes.
Como líder de equipo, es tu prioridad estimular y mejorar las habilidades y talentos de las personas que trabajan contigo.
Después de todo, es la única forma de construir un equipo soñado de superhéroes.
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Artículo original
Autor: Equipo Wrike
Traducido por Cristian Estrada
by Cristian Estrada | Trabajo en equipo
Resumen: Conocer los hábitos de los malos jefes te servirá para aprender a tratar con este tipo de personas o cómo no convertirte en uno más de ellos.
Lectura: 6 minutos, 39 segundos.
Casi la mitad de los trabajadores han dejado un puesto para escaparse de su jefe.
No fue el trabajo, no fueron los colegas y tampoco los clientes. Fue el jefe.
Según una encuesta de Gallup, cerca del 50% de los trabajadores que han renunciado a un trabajo, lo han hecho por culpa de sus jefes. Y acorde a otra encuesta, 19.2 horas son desperdiciadas cada semana – 13 durante la semana y 6.2 durante el fin de semana – por personas que se preocupan por lo que el jefe hizo o dijo.
No es fácil ser la persona a cargo. Pero los hábitos terribles hacen que sea difícil para una persona ser un buen jefe.
¿Quieres que la gente se quede por más tiempo? Entonces no seas un jefe terrible.
¿Cómo? Evitando los malos hábitos comunes entre malos administradores y así tus colegas se quedarán por más tiempo.
Cuando te toque estar a cargo de un equipo, no hagas lo siguiente:
1. Perder la calma

Lamentablemente, muchos han sufrido historias de terror con jefes que han perdido la calma y se han vuelto irritables. Este tipo de jefe es el más complicado; porque estar acostumbrado a perder la calma es un hábito difícil de cambiar.
Si tu jefe es así, considera cambiar de trabajo ahora mismo.
Si lo anterior no es opción, considera lo siguiente para tratar con esta persona.
Lynn Taylor, experta en ambiente laboral y autora de “Domando al tirano de la oficina: Cómo manejar Jefes con comportamientos infantiles y avanzar en tu trabajo”, recomienda el método de “la calma”:
- Comunícate frecuentemente con esa persona en un lugar que le acomode a esa persona.
- Anticípate a los problemas y llega con soluciones.
- Ríe: se ligero para mantener a tu jefe con una perspectiva racional.
- Administra la relación: define límites con tu jefe de forma diplomática y hazle ver los beneficios de tus sugerencias.
Y sobre todo, busca el mejor momento para abordar al jefe.
“El momento adecuado es importante a tener en cuenta con las personas emocionalmente inestables”, dice Taylor, “no te acerques a la ‘cueva del oso’ con esperanza de aprobación, y ciertamente evita acercarte muy temprano, justo antes del almuerzo o luego de alguna mala noticia para la organización.”
2. Culpar a otros

Esparcir la culpa entre los subordinados – y no aceptarla ellos mismos – es una receta para un ambiente de trabajo tóxico.
Es importante saber por qué estas personas hacen esto, para poder crear una “estrategia de supervivencia” en este entorno. Si tu jefe culpa a todo el resto, es muy probable que de algún modo sienta ansiedad de que la culpa sea de él (recuerda que los jefes, generalmente también tienen jefes).
Vineet Nayar; fundador de la Fundación Sampark y autor de “Empleados primero, Clientes segundo”, recomienda entender la raíz de esta condición.
“Da un paso atrás y con ‘altura de mira’ observa lo que ocurre. Muchas presiones – como el término de año o proyectos no terminados – pueden ser la causa de ansiedad del jefe. Asegúrate de no alimentar la inseguridad de tu jefe actuando muy agresivamente. Si te aproximas de manera colaborativa, puede que tengas mejores resultados.”
3. LLamar en horario fuera de trabajo

Pocos sonidos son más incómodos que el de un mensaje que viene del jefe, en un día libre. Desafortunadamente, muchos trabajadores – especialmente los que buscan terminar bien sus tareas y avanzar en el trabajo – revisan estos mensajes y responden en horas tardías e incluso durante fines de semana. Los malos jefes incentivan este comportamiento.
La avalancha de correos ha llegado a tal nivel, que algunas empresas ya están incorporando políticas de no enviar correos durante horas fuera del trabajo. Otros están eliminando esos correos enviados o apagando los servidores en este tiempo. En Francia incluso se prohibieron los correos en horas fuera del trabajo.
Hubo un tiempo en que contactar a un empleado fuera de las horas del trabajo era mucho más difícil. Seguramente los números de casa estaban, pero no a la mano, e incluso si lograban llamar; podía ser que la persona estuviera fuera de casa, o la línea estuviera ocupada, entre muchos otros motivos que hacían este tipo de comunicación difícil. Todo esto generó las condiciones para que la comunicación en horario fuera del trabajo fuera básicamente considerada sólo para emergencias.
Pero ahora todo ha cambiado. Los jefes tienen un arma cargada con correos en su bolsillo, y el gatillo es su dedo pulgar.
Cliff Oxford, fundador del Centro para Emprendedores de Oxford, sugiere que ambas partes deben establecer expectativas claras respecto de la comunicación en horario fuera de trabajo. Y los jefes deben saber que si van a interrumpir una noche de sábado, debe ser por un buen motivo.
“Debemos conversar. Y necesitamos llegar a un nivel de comprensión entre la compañía y el trabajador – incluso antes de que la contratación ocurra. Afortunadamente, podemos concordar en muchas cosas; como en que a nadie se le debería interrumpir la cena del viernes.” – dice Oxford.
4. No compartir una visión

Existe una desconexión enorme entre lo que empleador y el empleado piensa acerca de la visión de la empresa. En una jerarquía típica, los jefes están más cerca de esta perspectiva. Ellos ven más claramente los intereses y desafíos que van por delante.
Puede ser motivador. Pero lamentablemente, muchos jefes se reservan esto para ellos mismos. Es como si ellos estuvieran en lo alto de la cabina del capitán mirando todo lo que sucede, y sus empleados nunca dejaran la sala de máquinas, revisando los motores y combustible para que el barco avance.
John Brandon, escritor y ex-administrador de IT, escribió que uno de los mayores errores que él cometió como jefe, fue no compartir la visión con su equipo.
“Quizás lo peor que hice como jefe durante esos años, fue que no compartí con el equipo la visión que tenía para la empresa. Mi último rol tenía que ver con liderar un equipo que escribía y diseñaba, y tuve unas muy buenas ideas para lograr que los usuarios finales entendieran aplicaciones complejas. Mi transición hacia el campo de la escritura fue suave porque es esencialmente lo mismo – destilar la complejidad. Pero no compartí bien mi visión y la gente se rebeló varias veces. Ellos no sabían hacia dónde iba el equipo y mientras esto ocurría, yo esperaba que pudieran leer mi mente. Ese fue mi mayor error.”
5. Sólo hablan de trabajo

Nadie dice que tu jefe debe ser tu mejor amigo (algunas veces funciona). Pero generalmente en encuestas sobre este tema, los empleados reportan una baja moral especialmente cuando sus jefes sólo hablan de trabajo.
Los trabajadores encuestados en el mismo estudio (ese que indica que el 52% de las renuncias se deben a los jefes), dicen que les gustaría estar en contacto con sus jefes pero no sólo para cosas de trabajo. La encuesta revela que a los trabajadores les gustaría que sus jefes demostraran interés en sus vidas personales también.
Además de eso, los administradores que no se interesan en el desarrollo de la carrera de un empleado también suponen un problema mayor. Esto se debe a que un empleado necesita saber que está progresando y que sus esfuerzos con reconocidos para mantenerse motivado.
Pasa muy seguido que se les pregunta en una entrevista “¿Cómo te verías en 5 años?”, pero en la realidad, nunca se le da seguimiento a eso. Si los jefes no están dispuestos a conversar sobre las visiones globales, es difícil para el resto del equipo sentirse apreciado o considerado.
Otro estudio indica, en complemento, que la oportunidad para crecer y desarrollarse profesionalmente es la mayor prioridad para las personas que buscan trabajo.
Monique Valcour, profesor de Administración en la escuela de Negocios EDHEC en Francia, considera que esto separa a los buenos administradores de los malos.
“Volverse alguien que se enfoca en el desarrollo de las personas implica cambiar el foco desde ‘¿Cómo puedo sacar el mayor provecho de mi equipo?’ a ‘¿Cómo puedo sacar lo mejor de mi equipo mientras los ayudo a desarrollarse como persona?’, comenta Valcour, “Los administradores inteligentes saben que la segunda parte de la última pregunta ayuda a responder la primera.”
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by Cristian Estrada | Emprendimiento, Gráfica, Herramientas, Trabajo en equipo, Verbal
Resumen: Saber cómo comunicar ideas innovadoras dentro del equipo es clave para introducir el cambio y romper el status quo. Cuando se logra comunicar efectivamente, se puede ahorrar tiempo en reuniones y mejorar la calidad del resultado del proyecto con que se pretende innovar.
Lectura: 4 minutos, 19 segundos.
Existe una gran verdad en la vida de una organización: la inercia DOMINA. Tus ideas, no importa cuán brillantes sean, sufrirán cierto tipo de resistencia. Eso no es una teoría, es un HECHO. Si quieres ser el campeón de la innovación, tienes que desarrollar habilidades específicas que te ayudarán a superar la oposición organizacional inevitable. Si, incluso si eso proviene de personas que tu mismo has contratado o sugerido para formar parte del equipo.
Tienes que aprender a ser políticamente competente (¡Si, política!) y aprender cómo y cuándo lanzar una idea.
Como líder o emprendedor, no es tarea fácil lanzar ideas campeonas en la mesa. Existirán muchos opositores, pensamientos conformistas y obstáculos en tu camino. Aquí están las habilidades micro-políticas que necesitas para ser el campeón de ideas nuevas e innovadoras.
1. Desarrolla el sentido del tiempo

Escoger cuando es el tiempo correcto para publicar una idea es importante. Una vez que hagas el anuncio formal o des una pequeña pista de lo que quieres hacer, no hay vuelta atrás. No puedes encarar a tu equipo y decirles que estabas bromeando. Eso no es buen liderazgo.
Debes asegurarte de no lanzar proyectos o ideas en la mesa de discusión hasta que estén cocinadas, especialmente si no estás seguro de que tu idea es algo que vas a perseguir durante todo el camino. Una manera fácil de arruinar tu credibilidad es convertirte en una persona que no llega hasta el final con los proyectos en que se compromete.
El perfeccionismo es uno de los enemigos más importantes aquí. Esto es especialmente cierto cuando se trata del desarrollo de un nuevo producto. Mientras estás trabajando para perfeccionar tu prototipo, tu competidor puede que se esté preparando para entrar en el mercado. Piensa en una idea completa, asegúrate de estar listo para lanzar tu campaña, pero no te quedes esperando para el tiempo perfecto, puede que nunca exista.
2. Conoce a tus aliados y opositores

En las organizaciones, como en la política, tener un pequeño grupo de gente que te apoye es esencial. Tu desafío es encontrar este grupo clave, hacerlo crecer y entregarle tiempo y recursos. Mientras que los aliados son los que apoyarán 100% y amarán tu nueva idea, no existe garantía de que se quedarán en el equipo hasta el final. Los opositores por su parte, puede que sean ofensivos con tu nueva propuesta, pero con las negociaciones correctas se podrían convertir en grandes aliados. Un campeón de innovación está cada día revisando quiénes están de su lado y trabaja de manera perseverante para mantener y preservar su equipo.
3.Establece tu credibilidad

La deprimente realidad es que muchas ideas son aplastadas dentro de las organizaciones porque la persona que las presenta no posee la credibilidad para ser un patrocinador efectivo. Como líder pragmático debes ser creíble. El resto debe creer que tienes el trabajo listo. No puedes simplemente decir “Hey, yo puedo hacer el trabajo”.
Tienes que ser inteligente y validar tu experiencia, mostrar que existe una oportunidad para actuar, confiar en tu posición de autoridad y demostrar tu integridad. Si disparas con estos 4 cartuchos, los que te escuchen creerán que puedes hacerlo.
4. Conoce los argumentos en contra de tu idea

Aristóteles dijo una vez: “La crítica es algo que podemos evadir fácilmente quedándonos callados, haciendo nada y siendo nada”. Sin faltarle el respeto a este hombre, evitar la acción no es necesariamente un escudo contra las críticas. De hecho, es muy probable que seas criticado por no actuar. Las críticas constantes son parte de la realidad del liderazgo y uno no puede hacer más que aceptarlo. En vez de dejar que las críticas te tomen por sorpresa, aprende a anticipar lo que el resto va a decir para que puedas responder a esas críticas sin perder el control.
Antes de presentar una idea, piensa en todos los posibles argumentos en contra y prepara respuestas en contra de esos argumentos, incluso para aquellos argumentos en contra que crees imposibles. Debes estar preparado.
5. Justifica tu idea

Tienes tu idea y sabes que ahora es necesario pasar a la acción. Tienes que convencer a otros para que te acompañen en el camino para hacer tu idea realidad. ¿Cómo vendes tu idea? ¿Cómo presentas una idea de manera tal que el resto quiera sumarse?
Existen 4 formas para hacer esto:
- Usa análisis, números e imágenes para apoyar tus argumentos.
- Di que tus competidores/pares están adoptando ideas como las tuyas y que tu organización necesita mantenerse sobre la curva.
- Argumenta que la gente espera esto de ti o de tu equipo o de la organización.
- Indica que existen regulaciones o procedimientos o contextos futuros que demandarán la aceptación y validación de tu idea.
Incluso como emprendedor o CEO, no puedes simplemente introducir una idea y esperar que la gente lo compre de inmediato. Necesitarás convencer a las personas que trabajan contigo y luego serán ellos los que necesitarán de buenos argumentos para los clientes.
Usa estos 5 pasos como un trampolín para sacar lo mejor de las ideas innovadoras.
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by Cristian Estrada | Lecciones de vida, Reflexiones, Trabajo en equipo
Resumen: ¿Tienes lo que requiere para ser un gran líder? Quizás si y aún no te has dado cuenta. Darte un tiempo para reflexionar al respecto te hará ver puertas que seguramente siempre han estado abiertas para ti.
Lectura: 7 minutos, 1 segundo.
A través del tiempo, grandes líderes han forjado nuevas sociedades, construido grandes compañías y avanzado hacia el progreso en cambios sociales usando un conjunto de habilidades y talentos que son admiradas por cualquiera que quiera inspirar a otras personas a la acción.
Generalmente confundido con la posición jerárquica, el liderazgo no es un título, un rol o posición de autoridad. El liderazgo es la suma de muchas partes que se mueven por sí solas – su definición ha sido difícil de aterrizar para varios, y ha variado según la opinión del emisor.
Pero para mí, el buen liderazgo es un conjunto de valores, actitudes y creencias traídas a la vida de un individuo a través de sus acciones y comportamientos en su camino a alcanzar el progreso.
Para ser un líder, no importa la posición social u organizacional. Un líder puede provenir desde cualquier lugar, pero lamentablemente algunas veces, personas con grandes cualidades para ser líder, no lo son porque no se han dado cuenta de ello.
A continuación se detallan 15 señales que indican que vas a ser un gran líder, incluso si hasta ahora, no te has dado cuenta.
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Empoderas a otros

El liderazgo no es una posición de privilegio o poder. Es una posición de servicio. El primer y más importante trabajo de un líder es ayudar y guiar a las personas a lograr lo que quieren lograr; no hacerlos subordinados de sus caprichos y agendas.
En una investigación de la Penn State University, Claremont McKenna Colllege y Tsinghua University se encontró que los llamados “líderes transformacionales”, que son aquellos que empoderan equipos para que sean capaces de guiarse ellos mismos al cultivar la confianza y la autonomía, en general, lideran equipos que logran más y son personalmente más efectivos y exitosos en sus trabajos.
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Tienes inteligencia emocional

La inteligencia emocional es la característica más importante de los buenos líderes.
Sin ella, las personas más inteligentes, hábiles y ambiciosas quedarán lejos de lograr la grandeza en el liderazgo.
Estudios realizados por el psicólogo Daniel Goleman, autor de Liderazgo: El poder de la inteligencia emocional, encontraron que para ser evaluado con “Rendimiento excelente”, la inteligencia emocional era 2 veces más importante que el CI o habilidades técnicas en trabajos de cualquier tipo.
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Usas la lógica

La lógica es el comienzo de la razón. En el discurso de liderazgo y gestión, la lógica, el razonamiento y el pensamiento racional son mejor mirados que la intuición y el presentimiento.
Aunque la intuición es importante, la habilidad de seguir y crear procesos lógicos, argumentos y estrategias es la piedra angular para el alto-rendimiento y el éxito.
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Comienzas con “Por qué”

De acuerdo a estudios recientes, 70% de los empleados en Estados Unidos están disconformes con su trabajo. ¿Entonces qué falta? ¡Inspiración!
Simon Sinek, autor del Best-seller global “Start With Why” (Comienza con el por qué), explica que las personas no compran lo que haces, compran el por qué lo haces. Ya sea que estés un movimiento social o construyendo una gran compañía, necesitas seguidores. Grandes líderes usan el poder del Por qué para encontrar personas que crean lo que ellos creen e inspirarlos a tomar acción.
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Te enfocas en las soluciones, no en los problemas

Cuando la presión está encima y las fechas límite se acercan, lo que separa a grandes líderes del resto es su habilidad de concentrarse en las soluciones, en vez de los problemas.
Henry Ford, fundador de Ford Motor Company y pionero en desarrollar la producción en masa dijo “Si piensas que puedes o que no puedes – estás en lo correcto”. Los grandes líderes sólo invierten tiempo en un problema para aprender lo que necesitan para superarlo.
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Eres alguien que aprende

Albert Einstein, uno de los líderes más fecundos del progreso científico que el mundo ha visto creía que “el crecimiento intelectual debería comenzar al nacer y terminar sólo al morir”.
El compromiso con el aprendizaje de por vida, es uno de los atributos más importantes de los grandes líderes. La habilidad para desafiar las creencias personales y aprender lecciones de los éxitos y fracasos es otra piedra angular para el progreso.
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Sacas lo mejor en otros

Los grandes líderes no están interesados en subordinar a sus seguidores. En vez de eso, ellos quieren crear más líderes. El desarrollo personal y profesional de los miembros del equipo para construir un “ejército de factores de cambio”, es una de las grandes prioridades de un gran líder.
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Piensas fuera de la caja

Los grandes líderes desafían el Status quo. Ellos interrumpen el orden natural de las cosas para encontrar mejores formas de hacer las cosas. Cualquiera puede guiarse por las reglas. Los grandes líderes logran grandes cosas porque están dispuestos a hacer preguntas, ser críticos y cambiar lo que se necesita para progresar.
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Eres un buen seguidor

El buen liderazgo viene de ser un buen seguidor. Robert Kelley, autor de “The power of Followership” (El poder del Seguidorazgo), dice que el buen “Seguidorazgo” es lo opuesto a lo que estás pensando.
Un buen seguidor no es una oveja o alguien que dice que “si” siempre. Un buen seguidor es activo, independiente y es constructivamente crítico sobre las direcciones y decisiones antes de ejecutarlas. Y más importante aún, es que un buen seguidor puede funcionar a un alto nivel sin el líder presente.
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Escuchas más de lo que hablas

Los grandes líderes son aprendices constantemente, y nadie ha aprendido mucho al hablar tanto. Uno de los líderes actuales más reconocidos; Richard Branson, jura por el “poder de escuchar antes que hablar” y dice que las personas de negocios más exitosas que él conoce comparten eso en común; el hábito de escuchar.
Escuchar antes que hablar te otorga la visión completa cuando intentas superar desafíos. Pone las cosas en completa perspectiva, lo que les da a los líderes la ventaja.
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Das consejos sinceros y sin miedo

Abraham Lincoln dijo “No estoy obligado a ganar, pero estoy obligado a ser verdadero. No estoy obligado a tener éxito, pero si estoy obligado a vivir con lo que tengo.” A lo que él se refería es que no deberíamos comprometer lo que sabemos que está bien para nosotros.
Uno de los atributos más importantes de un gran líder es la integridad. Un gran líder permanece fiel a sus convicciones, incluso cuando el consejo que está entregando no es lo que otras personas quieren escuchar.
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Te comunicas efectivamente

El liderazgo y la comunicación efectiva van de la mano. Los grandes líderes invierten grandes cantidades de tiempo interactuando con otras personas. Ya sean personas de alto nivel que necesitan influenciar o futuros líderes que necesitan inspiración para actuar, un líder no puede liderar sin la habilidad para comunicar efectivamente.
Peter Economy, autor de “Managing for dummies” (Administración para tontos), dice que para lograr la comunicación efectiva hay que apegarse a las 7C: ser Claro, ser Consistente, ser Creíble, tener Confianza, ser Civil, ser Conciso y ser Compasivo. Al comprender esto, tus interacciones con otros comenzarán a mejorar.
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Eres compasivo

Los grandes líderes se ocupan del bienestar de todas las personas que los rodean. Y esto tiene sus dividendos. Un estudio reciente encontró que la lealtad del empleado es influenciada más por tener buenas relaciones en el trabajo, antes que por un buen sueldo.
Los grandes líderes son tan efectivos porque logran generar lealtad en sus seguidores, en parte por un enfoque a través de la compasión en sus relaciones.
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Pides disculpas, no permiso

Las personas están diseñadas para resistir el cambio. Los elementos de resistencia al cambio incluyen el miedo y el hábito. Los grandes líderes saben esto y, guiados por sus creencias acerca de lo que es correcto, su habilidad para pensar fuera de la caja y desafiar el status quo, emprenderán nuevos proyectos; algunas veces controversiales, con el interés de progresar.
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No tienes miedo de tomar grandes decisiones

Pararse frente al público para hacer un gran llamado es difícil. Es por eso que se requiere de un líder extraordinario para hacerlo. Y ellos no lo hacen porque es fácil, ellos lo hacen porque saben que, en muchos casos, el fracaso de no tomar una decisión es peor que tomar una mala decisión.
“La habilidad para liderar puede ser aprendida y esta lista es un gran punto de partida.”
by Cristian Estrada | Herramientas, Lecciones de vida, No Verbal, Reflexiones, Trabajo en equipo, Verbal
Resumen: En la escuela o el colegio no nos enseñaron a comunicarnos correctamente y a causa de ello, de adultos nos encontramos con varios problemas de comunicación. Aprender a identificar estos errores es clave para comunicarnos mejor y lograr más resultados de equipo.
Lectura: 6 minutos, 54 segundos.
¿Cuántos de ustedes tuvieron una clase en la escuela sobre “comunicarse bien”? Y no me refiero a la universidad. Me refiero a los 12 años que pasamos en el colegio o liceo. No me refiero a presentar en clases de castellano. Me refiero a esto: ¿Tus profesores te dieron consejos sobre cómo trabajar tus discusiones con las personas? ¿Te enseñaron a saber escuchar? Si lo hicieron, no lo hicieron siguiendo las pautas de la malla educativa planteada por la dirección del establecimiento. Yo lo sé. Soy un profesor de comunicación y he intentado por muchos métodos de que las escuelas integren un plan de enseñanza de comunicación en su malla. Desafortunadamente no me ha ido bien.
La comunicación puede construir o destruir nuestro mundo. Se que es una aseveración extrema y sé que viene de alguien que se dedica a enseñar sobre la comunicación, pero es verdad!. La mala comunicación lleva a relaciones que se rompen, y en parte es también motivo de porque aún no alcanzamos la paz mundial. Nunca es tarde para aprender.
A continuación se exponen 15 errores comunes de comunicación que podrías estar haciendo y no te has dado cuenta:
1.-No usar el lenguaje de “nosotros”

Hecho: Las relaciones no son una competencia. O al menos no deberían serlo. Pero muchas personas ven a la otra persona como el “enemigo”. Ellos hablan el lenguaje de “mío y tuyo”. Es tiempo de construir un nuevo marco para esto y pensar en nosotros como equipo. Trabajemos juntos, no contra el otro. Trabajemos para resolver un problema, no para ser victoriosos.
2.- No tener contacto visual

¿Cuántos de ustedes son culpables de mirar su teléfono cuando alguien les está hablando? ¿O tipeando en el computador? ¿O mirando TV? Incluso si no te has sorprendido haciendo esto, estoy seguro de que muchos de ustedes lo han hecho. Y todos hemos estado en el otro lado – cuando las personas no miran cuando nosotros hablamos. ¿Cómo te hace sentir eso? No se siente bien ¿o si? Entonces ¿porque no adoptamos la regla de oro de dar la misma cortesía que nos gustaría recibir?
3.- Interrumpir.

¿Qué dice de ti el hecho de interrumpir a una persona cuando habla? Dice: “Lo que yo tengo que decir es más importante que lo que tu quieres decir.” No es un muy buen mensaje. Los hombres tienden a hacerlo más como una acción de poder. De cualquier manera, aún dice “Soy más importante que tu”.
4.- Tener un lenguaje corporal negativo o apático

90% del significado de un mensaje se contiene en el lenguaje corporal. Eso es MUCHO.
El contacto visual es parte del lenguaje corporal, pero tan sólo es una pequeña parte. ¿Qué hay de tu postura? ¿Te inclinas hacia adelante o te alejas como diciendo “No me importa lo que dices”? ¿Qué pasa con el movimiento de tu cabeza? ¿Te sientas cerca o lejos de la persona? Todo esto envía poderosos mensajes. Como dice la famosa frase: “Las acciones hablan más fuerte que las palabras”.
5.- No parafrasear o repetir lo que la otra persona dice

¿Has dicho alguna vez algo a alguien y sentido que en realidad no escucharon lo que dijiste? Seguro que habrán dicho algo como “Mmmmmm hmmmm..” o “Aha…” o “Si”, pero no estuviste seguro de si realmente te escucharon. Intenta decir algo como “Por lo que entiendo, ¿me dices que cada vez que me atraso te preocupas? ¿Te escuché bien? Eso le demuestra a la otra persona no sólo que los escuchaste, sino que te importa lo suficiente como para repetir en síntesis su mensaje y demostrar que si los escuchaste.
6.- Asumir cosas antes de escuchar el mensaje completo
Probablemente has mirado a las personas pensando: “Ni si quiera necesito escuchar el resto, ya sé lo que van a decir!” Bueno, quizás no lo has hecho. No lo hagas. No nos gusta cuando las personas asumen cosas acerca de lo que estamos diciendo antes de que terminemos de decirlo, así que no hagas lo mismo con otras personas.
7.- Dejar que tus emociones controlen lo que dices

Estás tan enojado que crees que vas a explotar. Bueno, si…todos hemos estado en esa posición. Pero es lo que haces cuando te sientes de esta forma lo que realmente cuenta. No dejes que tus emociones tomen atribuciones de “chofer” en tu cuerpo. Cálmate y “enfríate” para que no te arrepientas de las cosas que dices o haces. Luego, cuando el lado lógico aterrice de nuevo, siéntate y aproxímate al conflicto usando el lenguaje de “nosotros”. Recuerda: #1 – Son un equipo. No es una competencia.
8.- No hacer preguntas inquisitivas

Decir cosas como “Dime más acerca de eso” o “¿Cómo te sentiste con eso?” le hace saber a la otra persona que te interesan lo suficiente como para preguntar por más información. Eso es una pregunta inquisitiva. Pregunta para que las personas tengan que elaborar respuestas, eso nos hace sentir bien.
9.- Referirte a ti mismo y a tu vida más que preguntarle a las personas acerca de la suya.

Si nunca le preguntas a las personas acerca de su vida, entonces para el resto te ves como una persona centrada en sí misma. Tengo personas en mi vida que pasan el 95% del tiempo hablando acerca de ellas mismas. No es que me importe mucho, pero sería bueno que me preguntaran cómo estoy de vez en cuando. ¿No te parece?
10.- Necesitar “ganar” un argumento.

Voy a repetir esto de Nuevo. Las relaciones humanas no son una competencia. Admitir que estás equivocado no es una señal de debilidad. Es una señal de madurez. Nadie está en lo correcto el 100% del tiempo. No pienses que tienes que “ganar”. Reconocer tus errores no te quitará tu poder. Demuestra que eres mejor persona porque puedes ser honesto.
11.- Atacar el carácter de otras personas en vez de lo que dicen o hacen.
Cuántas veces has dicho o (escuchado) algo como “Eres tan IDIOTA!! No te soporto!!”. Y quizás te arrepentiste luego. Todos incurrimos en malas conductas de vez en cuando. Y nunca estaremos de acuerdo con lo que todos dicen. Esto por esto que necesitas estar en DESACUARDO con algunas de sus palabras o acciones, no con su carácter. No destruyas la auto-estima de la gente, aporta en su construcción.
12.- Esperar que la gente pueda leer la mente.

Nadie puede. ¿Entonces por qué esperas que ellos puedan hacerlo?. Las mujeres tienden a ser culpables de esto más que los hombres, yq eue muchas veces las mujeres usan lenguaje indirecto. Pero si realmente quieres que alguien te entienda, tienes que hablar directamente. De otra forma, no puedes confiar en que el resto comprendió tu mensaje si para entenderlo había que descifrarlo.
13.- Dejar de lado el poder de tus palabras.

Las mujeres también tienden a usar un lenguaje “sin poder”. Y con esto me refiero al lenguaje que es excesivamente cortés con otra persona. Por ejemplo: “Lo siento, ¿te molesta esto?”. Lo que les da la oportunidad para decirte “Si, mejor ándate”. O “Esto puede ser una idea tonta pero…”, a lo que la otra persona puede responder: “Estás en lo correcto!, ES realmente tonto!”.
Sé dueño de tu poder al comunicarte. No lo dejes de lado.
14.- Dejar que cualquier cosa te distraiga.

Tu teléfono, la TV, tus pensamientos, tu mala actitud. …Y podría seguir con esta lista y agregar muchas cosas que nos distraen cuando alguien nos habla. Se consciente cuando estés incurriendo en este tipo de cosas. Si no lo haces, el único mensaje que entregas es “esto es más importante para mí que ponerte atención a ti”.
15.- No ser empático

Tú lo ves a tu manera. Otra persona lo ve a su manera. ¿Quién está en lo correcto? ¿Es un derecho de izquierda o derecha? ¿Es un derecho cristiano o judío? Todo depende a quién le preguntes, ¿no crees? Algunas veces no existe la “realidad objetiva”. Todo se basa en cómo lo percibe el individuo. Recuerda eso.
Tener empatía y darte cuenta que la experiencia de la otra persona es muy real para ella, es la clave para las buenas relaciones humanas. Ser un buen comunicador requiere de esfuerzo. Es como ser un buen atleta – tienes que practicar si quieres ser bueno en eso!
Espero que consideres estas 15 cosas de corazón y comiences a trabajar en ellas hoy. Y por favor compártelas con otros.
¡Te deseo unas felices y saludables relaciones humanas!
by Cristian Estrada | Herramientas, Trabajo en equipo, Verbal
Resumen: Decir siempre que si sólo lleva hacia el camino de la sobrecarga. Entonces, aprender a decir que NO sin herir los sentimientos del resto y seguir siendo útil, es fundamental para mantener las buenas relaciones, el buen trabajo y la buena vida.
Lectura: 3 minutos, 27 segundos.
Se dice que uno de los secretos del gran Steve Jobs para alcanzar el éxito, fue “decirle NO a 1000 cosas”.
“Estoy tan orgulloso de lo que NO hacemos, así como también de lo que SI hacemos” – Steve Jobs.
Encontrarás que este tema en particular se mezcla en las historias de vida de varios personajes famosos por su éxito. Las personas altamente productivas y satisfechas dicen que NO a proyectos no esenciales, tareas, peticiones y oportunidades – y lo dicen tan bien!
Todos sabemos que deberíamos decir “NO” más veces que las que decimos “SI”. Pero no lo hacemos. Y pagamos el precio con calendarios sobre-cargados, mentes sobre-saturadas, hormonas de estrés crónicamente elevadas y hombros tensos, que rara vez vuelven al relajo.
De seguro que existen muchas razones que nos impiden decir que “NO”. Y no tener las palabras correctas para hacerlo no debería ser una de estas razones.
Entonces aquí vienen las buenas noticias: Con las palabras y tono correctos, tus “NO” pueden ser mucho más gentiles y de más ayuda que un “SI” lanzado con resentimiento.
Hoy, les voy a compartir una manera universal para decir “NO” a…bueno casi cualquier cosa.
Toma este procedimiento de 5 pasos y guárdalo en algún lugar para cuando tengas que practicarlo realmente. (Para que no tengas excusas para decir que “NO”)
Recuerda usarlo con amor.
1. Comienza con gratitud

Nunca se puede ir mal cuando comienzas con gratitude y aprecio. Nunca.
- “Muchas gracias por escribir.”
- “Estoy conmovido por tu mensaje.”
- “Me gusta escuchar de ti – gracias por darte una vuelta por mi vida.”
2. Reconoce su coraje

Requiere de “bolas” (u ovarios según tu perspectiva) para pedir algo que necesitas desesperadamente (o incluso que quieres un poco). Hazles saber que te das cuenta de esto.
- “Puedo ver cuánto significa este proyecto para ti, y me sorprende tu motivación y perseverancia.”
- “Pedir por algo que requieres (y necesitas) puede ser difícil. Me conmueve tu petición transparente y honesta.”
- “Sé lo que cuesta llegar a los buenos contactos y pedir apoyo. Me gusta tu iniciativa!”
3. Diles “NO”

Este punto no es negociable. Se claro. Evita darte muchas vueltas y no uses palabras como “tal vez”, “puede ser”, “algún día”, “si tan sólo”, “puede que”.
- “Mi respuesta es no.”
- “Lo siento como algo que no puedo hacer.”
- “Te quiero mucho, pero no.”
- “Ese no es un compromiso que pueda hacer. Tengo que decir que no.”
- “Eres una gran persona, por lo que me cuesta decir que no. Pero realmente tengo que decirlo.”
4. Cuéntales porque

Existen circunstancias en las cuales explicar porque estás diciendo que NO puede ser cruel o poco ético. Pero en la mayoría de los casos, puede ayudar a tranquilizarte y tranquilizarlos mentalmente. Es lo más humano que puedes hacer.
- “Mi calendario está casi lleno y estoy haciendo mi mejor esfuerzo por no seguir llenándolo.”
- “Me he comprometido a cuidar de mi salud este año. Lo que significa decir “NO” más de lo que me gustaría, pero tanto como necesito.”
- “Tengo varios proyectos en los que estoy trabajando, que me quitan bastante tiempo y energía. Justo ahora intento no comprometerme con nuevas cosas para cumplir con los plazos.”
- “Estoy experimentando algo radical. Se trata de decir que “NO” mucho más de lo usual, para hacer espacio a los grandes y magníficos “SI”.
5. Concluye con generosidad

Ofrece una alternativa de apoyo (una de confianza tuya). Muéstrales recursos desconocidos. Envía buenas vibras o un consejo que les sea de utilidad.
- “Si estás abierto a recibir apoyo de mi parte, podría apoyarte de una forma distinta…”
- “Creo que estos recursos te serán de mucha utilidad, revísalos…”
- “Las personas que te comento a continuación podrán ayudarte mejor y más rápido que yo…”
- “Te deseo todo el éxito posible. Mantenme al tanto por favor, me interesa saber el avance de proyectos tan geniales como éste.”
Y eso es todo. Sin sudor.