Resumen: Conocer los hábitos de los malos jefes te servirá para aprender a tratar con este tipo de personas o cómo no convertirte en uno más de ellos.
reloj homo eficiensLectura: 6 minutos, 39 segundos.

Casi la mitad de los trabajadores han dejado un puesto para escaparse de su jefe.

No fue el trabajo, no fueron los colegas y tampoco los clientes. Fue el jefe.

Según una encuesta de Gallup, cerca del 50% de los trabajadores que han renunciado a un trabajo, lo han hecho por culpa de sus jefes. Y acorde a otra encuesta, 19.2 horas son desperdiciadas cada semana – 13 durante la semana y 6.2 durante el fin de semana – por personas que se preocupan por lo que el jefe hizo o dijo.

No es fácil ser la persona a cargo. Pero los hábitos terribles hacen que sea difícil para una persona ser un buen jefe.

¿Quieres que la gente se quede por más tiempo? Entonces no seas un jefe terrible.

¿Cómo? Evitando los malos hábitos comunes entre malos administradores y así tus colegas se quedarán por más tiempo.

Cuando te toque estar a cargo de un equipo, no hagas lo siguiente:

1. Perder la calma

not calm

Lamentablemente, muchos han sufrido historias de terror con jefes que han perdido la calma y se han vuelto irritables. Este tipo de jefe es el más complicado; porque estar acostumbrado a perder la calma es un hábito difícil de cambiar.

Si tu jefe es así, considera cambiar de trabajo ahora mismo.

Si lo anterior no es opción, considera lo siguiente para tratar con esta persona.

Lynn Taylor, experta en ambiente laboral y autora de “Domando al tirano de la oficina: Cómo manejar Jefes con comportamientos infantiles y avanzar en tu trabajo”, recomienda el método de “la calma”:

  • Comunícate frecuentemente con esa persona en un lugar que le acomode a esa persona.
  • Anticípate a los problemas y llega con soluciones.
  • Ríe: se ligero para mantener a tu jefe con una perspectiva racional.
  • Administra la relación: define límites con tu jefe de forma diplomática y hazle ver los beneficios de tus sugerencias.

Y sobre todo, busca el mejor momento para abordar al jefe.

El momento adecuado es importante a tener en cuenta con las personas emocionalmente inestables”, dice Taylor, “no te acerques a la ‘cueva del oso’ con esperanza de aprobación, y ciertamente evita acercarte muy temprano, justo antes del almuerzo o luego de alguna mala noticia para la organización.”

2. Culpar a otros

culpar

Esparcir la culpa entre los subordinados – y no aceptarla ellos mismos – es una receta para un ambiente de trabajo tóxico.

Es importante saber por qué estas personas hacen esto, para poder crear una “estrategia de supervivencia” en este entorno. Si tu jefe culpa a todo el resto, es muy probable que de algún modo sienta ansiedad de que la culpa sea de él (recuerda que los jefes, generalmente también tienen jefes).

Vineet Nayar; fundador de la Fundación Sampark y autor de “Empleados primero, Clientes segundo”, recomienda entender la raíz de esta condición.

Da un paso atrás y con ‘altura de mira’ observa lo que ocurre. Muchas presiones – como el término de año o proyectos no terminados – pueden ser la causa de ansiedad del jefe. Asegúrate de no alimentar la inseguridad de tu jefe actuando muy agresivamente. Si te aproximas de manera colaborativa, puede que tengas mejores resultados.

3. LLamar en horario fuera de trabajo

unwanted call

Pocos sonidos son más incómodos que el de un mensaje que viene del jefe, en un día libre. Desafortunadamente, muchos trabajadores – especialmente los que buscan terminar bien sus tareas y avanzar en el trabajo – revisan estos mensajes y responden en horas tardías e incluso durante fines de semana. Los malos jefes incentivan este comportamiento.

La avalancha de correos ha llegado a tal nivel, que algunas empresas ya están incorporando políticas de no enviar correos durante horas fuera del trabajo. Otros están eliminando esos correos enviados o apagando los servidores en este tiempo. En Francia incluso se prohibieron los correos en horas fuera del trabajo.

Hubo un tiempo en que contactar a un empleado fuera de las horas del trabajo era mucho más difícil. Seguramente los números de casa estaban, pero no a la mano, e incluso si lograban llamar; podía ser que la persona estuviera fuera de casa, o la línea estuviera ocupada, entre muchos otros motivos que hacían este tipo de comunicación difícil. Todo esto generó las condiciones para que la comunicación en horario fuera del trabajo fuera básicamente considerada sólo para emergencias.

Pero ahora todo ha cambiado. Los jefes tienen un arma cargada con correos en su bolsillo, y el gatillo es su dedo pulgar.

Cliff Oxford, fundador del Centro para Emprendedores de Oxford, sugiere que ambas partes deben establecer expectativas claras respecto de la comunicación en horario fuera de trabajo. Y los jefes deben saber que si van a interrumpir una noche de sábado, debe ser por un buen motivo.

Debemos conversar. Y necesitamos llegar a un nivel de comprensión entre la compañía y el trabajador – incluso antes de que la contratación ocurra. Afortunadamente, podemos concordar en muchas cosas; como en que a nadie se le debería interrumpir la cena del viernes.” – dice Oxford.

4. No compartir una visión

cegado de vision

Existe una desconexión enorme entre lo que empleador y el empleado piensa acerca de la visión de la empresa. En una jerarquía típica, los jefes están más cerca de esta perspectiva. Ellos ven más claramente los intereses y desafíos que van por delante.

Puede ser motivador. Pero lamentablemente, muchos jefes se reservan esto para ellos mismos. Es como si ellos estuvieran en lo alto de la cabina del capitán mirando todo lo que sucede, y sus empleados nunca dejaran la sala de máquinas, revisando los motores y combustible para que el barco avance.

John Brandon, escritor y ex-administrador de IT, escribió que uno de los mayores errores que él cometió como jefe, fue no compartir la visión con su equipo.

Quizás lo peor que hice como jefe durante esos años, fue que no compartí con el equipo la visión que tenía para la empresa. Mi último rol tenía que ver con liderar un equipo que escribía y diseñaba, y tuve unas muy buenas ideas para lograr que los usuarios finales entendieran aplicaciones complejas. Mi transición hacia el campo de la escritura fue suave porque es esencialmente lo mismo – destilar la complejidad. Pero no compartí bien mi visión y la gente se rebeló varias veces. Ellos no sabían hacia dónde iba el equipo y mientras esto ocurría, yo esperaba que pudieran leer mi mente. Ese fue mi mayor error.”

5. Sólo hablan de trabajo

talk work

Nadie dice que tu jefe debe ser tu mejor amigo (algunas veces funciona). Pero generalmente en encuestas sobre este tema, los empleados reportan una baja moral especialmente cuando sus jefes sólo hablan de trabajo.

Los trabajadores encuestados en el mismo estudio (ese que indica que el 52% de las renuncias se deben a los jefes), dicen que les gustaría estar en contacto con sus jefes pero no sólo para cosas de trabajo. La encuesta revela que a los trabajadores les gustaría que sus jefes demostraran interés en sus vidas personales también.

Además de eso, los administradores que no se interesan en el desarrollo de la carrera de un empleado también suponen un problema mayor. Esto se debe a que un empleado necesita saber que está progresando y que sus esfuerzos con reconocidos para mantenerse motivado.

Pasa muy seguido que se les pregunta en una entrevista “¿Cómo te verías en 5 años?”, pero en la realidad, nunca se le da seguimiento a eso. Si los jefes no están dispuestos a conversar sobre las visiones globales, es difícil para el resto del equipo sentirse apreciado o considerado.

Otro estudio indica, en complemento, que la oportunidad para crecer y desarrollarse profesionalmente es la mayor prioridad para las personas que buscan trabajo.

Monique Valcour, profesor de Administración en la escuela de Negocios EDHEC en Francia, considera que esto separa a los buenos administradores de los malos.

Volverse alguien que se enfoca en el desarrollo de las personas implica cambiar el foco desde ‘¿Cómo puedo sacar el mayor provecho de mi equipo?’ a ‘¿Cómo puedo sacar lo mejor de mi equipo mientras los ayudo a desarrollarse como persona?’, comenta Valcour, “Los administradores inteligentes saben que la segunda parte de la última pregunta ayuda a responder la primera.”

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Artículo original
Autor: Blake Thorne
Traducido por Cristian Estrada