4 razones que explican porqué no te puedes concentrar en tu trabajo
Tiempo de lectura
10 minutos y 21 segundos.
RESUMEN
Concentrarse en el trabajo puede resultar difícil para la persona promedio, pero existen formas de lidiar con las distracciones y devolvernos al estado de concentración necesario con algunas buenas prácticas.
En general la falta de concentración puede deberse a poco descanso, muchas tareas, muchas distracciones o incluso, puede deberse a que odias silenciosamente lo que estás haciendo.
¿Has tenido esos días, no? – Esos cuando parece que no puedes lograr ningún resultado.
Gastas un par de minutos en un documento, seguido por una cantidad vergonzosa de tiempo en un espiral sin retorno dentro de youtube. Luego respondes un solo correo para luego tomar tu teléfono y darle una vista “no tan corta” a Instagram.
A pesar de tener una lista larga de pendientes, simplemente no te puedes enfocar en nada. Tu sabes que necesitas terminar con esas tareas, pero parece que las fechas límite no son suficientes para convencerte para sentarte y enfocarte.
¿Qué causa esto?
¿Por qué no puedes acercarte a terminar tus pendientes?
Y más importante, ¿cómo le puedes dar a tu tiempo de atención un remezón?
Razón #1: Estás realmente cansado (y matando tus neuronas)
¿Estás bostezando en tu escritorio? ¿Te sientes con los ojos pesados o visión nublada? ¿Estás ya por tu tercera (o cuarta) taza de café?
Tengo noticias para ti: Estás sobre-cansado y eso está provocando dificultad para que te puedes concentrar.
Un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pennsylvania muestra una correlación directa entre falta de sueño y funciones cognitivas mediocres – incluyendo tu memoria de trabajo y velocidad cognitiva. Además, otras características afectadas son el estado de vigilia y atención ejecutiva.
Eso significa que no conseguir sueño suficiente puede realmente sabotear tu concentración.
Pero hay algo que da más miedo: La falta de sueño continuada puede estar destruyendo tus células cerebrales. Como parte de un estudio publicado en The Journal of Neuroscience en que ratones fueron sometidos a falta de sueño, los investigadores descubrieron que neuronas del locus cerúleo (NLC) en el cerebro d elos ratones – que son esenciales para el estado de alerta – comenzaron a morir.
Ya que las neuronas se estaban activando sin el descanso suficiente, se dañaron y eventualmente se destruyeron. Los ratones perdieron una cantidad increíble de 25% de sus NLC luego de solo 3 días con 4-5 horas de sueño
Los investigadores estiman que lo mismo podría pasar en cerebros humanos. Así que, básicamente, una falta de sueño puede literalmente destruir tus células cerebrales. Por eso es tan difícil concentrarse luego una noche sin buen descanso.
Entonces, ¿qué se puede hacer al respecto?
Tu primer instinto puede ser ir a buscar otra dosis de cafeína, pero en realidad eso es simplemente un “parche curita” .
En vez de ponerte a tomar siesta encima del escritorio, existen algunas cosas que se pueden hacer sin tener que golpearte en la cara.
Una de las mejores cosas para hacer es salir a caminar. Eso no solo obliga a tu cuerpo a activar su circulación sanguínea, sino que también te expone a la luz natural. Estudios publicados en el Journal of Advances in Chemical Engineering and Biological Sciences indican que la exposición directa al sol mejora tu atención, así como tu desempeño trabajando.
Y, en vez de agarrar otra taza de café, toma un vaso de agua. El cuerpo pierde mucha agua durante las horas de sueño y es frecuente que las personas no se hidraten correctamente durante el horario laboral; así que un poco de agua puede ser justo lo que necesitas para despertar de nuevo.
Claro que, estas soluciones rápidas te pueden ayudan cuando decaiga tu atención durante el día de trabajo, pero de ninguna forma son un reemplazo digno comparado a una noche completa de sueño reparador.
Evaluar y re-organizar tu calendario para asegurar que te estás dando suficiente tiempo de descanso (De acuerdo a la Fundación Nacional del Sueño, debería tener entre 7 y 9 horas de sueño) y puedas atender tu lugar de trabajo sintiéndote alerta y recargado.
Fuente: National Sleep Foundation
Razón 2: Todas las noticias son malas noticias (para tu concentración).
No existe escasez de distracciones en tu día promedio de trabajo – y no estoy sólo hablando de ese colega que siempre pasa a contarte algo o las aparentemente interminables reuniones que interrumpen tu día.
Tienes una vida fuera del trabajo, y puede resultar difícil chequear tus pendientes en la puerta de la oficina. Cuando acontecimientos importantes ocurren fuera de la oficina – sean buenos o malos – se vuelve incrementalmente difícil dejarlo de lado y terminar tu trabajo. Eso es porque tu estado emocional está directamente ligado a tu nivel de concentración.
Miremos ambos lados: eventos positivos y negativos. Seguiremos el cliché y comenzamos con las “malas noticias primero”. Para ponerlo en simple, las noticias negativas tienen un impacto severo en nuestro estado de ánimo.
“En particular…las noticias negativas pueden afectar nuestras preocupaciones personales”, dice el psicólogo Británico Dr. Graham Davey, en un artículo HuffPost acerca de los ciclos de noticias negativas. “Ver noticias negativas significa que estás inclinado a ver tus propias preocupaciones como más amenazantes y severas, y cuando comienzas a preocuparte por ellas, es más probable que encuentres tu preocupación difícil de controlar y que sea más estresante de lo que sería normalmente.”
Aunque esa cita está relacionada a la programación de noticias en particular, puede ser aplicada a cualquier tipo de noticias negativas que recibas – como la de una noticia sobre el grave estado de salud de un familiar. Eso envía a tu mente un mal estado que estanca tu ánimo y hace que sea mucho más difícil volcar tu atención a tu lista de tareas.
¿Y qué hay de las noticias buenas o emocionantes? ¿No deberían tener el
Cuando estás emocionado por algo, eso aumenta tu adrenalina. La adrenalina se siente excelente, pero niveles muy altos pueden llevar a ansiedad,lo que resulta en menor rendimiento en el trabajo.
Se llama la Ley de Yerkes-Dodson, y básicamente dice que existe un punto óptimo de estimulación para lograr completar tus tareas. Y un evento emocionante te pone muy lejos de ese nivel óptimo – lo que vuelve difícil recuperar la concentración.
Piensa por un momento, si alguien te pide que generes un reporte inmediatamente luego de que te han anunciado una promoción en el trabajo, es probable que sea difícil que te concentres. Estarías en estado de excitación amplificado lo que haría casi imposible realizar incluso la tarea más rutinaria.
Entonces, ¿qué se puede hacer al respecto?
Mantener tus propios pensamientos y emociones en orden puede ser un desafío. Puedes intentar ignorar las noticias que te distraen y que se encuentran paseando por tu mente, pero es posible que no lo consigas con éxito.
En vez de eso, los expertos recomiendan que es mejor reconocer exactamente lo que te está distrayendo y volver a centrarte en ti mismo al concentrarte en algo más visceral – comotu respiración por ejemplo.
Observación: No se trata de algo como totalmente evitar esa distracción, sino que en concentrarse en algo distinto.
“No tienes que sofocarlo para suprimirlo”, explica Rich Fernandez, Director Ejecutivo de la ONG “Search Inside Yourself Leadership Institute” en un atículo para Harvard Business Review. “Toma nota de eso, reconócelo y ponlo en un estacionamiento mental para pensar sobre eso más tarde, cuando puedas discutirlo con alguien más, o cuando no estés en el trabajo y tengas mucho por hacer”.
Tomar esos minutos extra podrían mejorar ligeramente tu estado de ánimo o bajar tu adrenalina, para que puedas volver al trabajo con nivel de concentración renovado.
Razón 3: Estás equilibrando muchos platos
Probablemente has escuchado que tu obsesión con el “multi-tasking” (hacer varias cosas al mismo tiempo) está saboteando tu productividad.
Seré honesto: Soy un firme creyente de que el multi-tasking no siempre es malo. Sin embargo, cuando tu concentración se vea agotada, eso es un signo sólido de que estás haciendo muchas cosas al mismo tiempo.
¿Qué es tan malo acerca de este malabarismo especial? En un estudio titulado “El costo del trabajo interrumpido: Más velocidad y estrés”, los investigadores observaron que mientras las personas trabajaban más rápido en condiciones en que eran constantemente interrumpidas (de la forma que ocurre con el multi-tasking), finalmente produjeron menos resultados.
Y el punto más importante: Se sintieron significativamente más estresados y frustrados.
Eso importa mucho. Cuando estás estresado, esto es lo que ocurre en tu cerebro:
Tu amígdala envía una señal de estrés a tu hipotálamo, el que reacciona haciéndole saber a tus glándulas adrenales que estás bajo presión y tus glándulas adrenales responden liberando adrenalina en tu torrente sanguíneo.
Ya mencionamos en el punto anterior el efecto de mucha adrenalina; lo que provoca más dificultad para concentrarte y ejecutar tareas.
Entonces, ¿qué se puede hacer al respecto?
Por más estresante que sea hacer muchas tareas al mismo tiempo, es un hábito incorporado por muchos de nosotros.
Eso es porque nuestro cerebro es muy adaptable – lo que significa que literalmente “le hemos enseñado a nuestro cerebro a estar desconcentrado”, como explica David Rock, cofundador de Neuroleadership Institute, en su artículo para Entrepreneur.
Suena simple como decirte a ti mismo que sólo deberías enfocarte en una cosa al mismo tiempo. Pero, si alguna vez lo has intentado de verdad, sabes cuán difícil puede ser.
Comienza por controlar lo que esté a tu alcance para crear un ambiente que sea conducente a un trabajo altamente concentrado. Deja tu teléfono en otro cuarto. Cierra la pestaña de tu correo. Usa audífonos para no escuchar el ruido de la oficina.
A continuación, haz una lista de tus 3 más altas prioridades para el día. Esa lista corta te mantendrá enfocado en la visión de largo plazo y quizás, prevenga que te distraigas con lo que ocurre minuto a minuto.
Finalmente, trata de trozar tu día en pedazos pequeños. Puedes usar la técnica de Pomodoro o incluso usar este sistema científico de 52 minutos de trabajo seguidos por 17 de descanso.
Usando estos pedazos de tiempo implica un sentido de urgencia, porque tienes poco tiempo para concluir todo lo que implica ese bloque – que es lo opuesto a lo que ocurre cuando te tomas todo el día para hacer todas las tareas; que provoca un estiramiento interminable a medida que avanza el día.
Además, los descansos son una oportunidad de refrescarte, respirar profundo y volver a concentrarte cuando sea necesario.
Razón #4: Odias lo que estás haciendo
Seamos claros – si no te emociona lo que sea que tengas que hacer, vas a encontrar excusas para no hacerlo. Sabes que debes hacerlo, pero eso no impedirá que gastes el tiempo haciendo otras cosas antes.
Como explican Phil Stutz (psiquiatra) y Barry Michaels (psicoterapeuta) en un fragmento en Greatist, eso ocurre porque en realidad tomar acción en una tarea que no nos gusta inspira un cierto grado de dolor.
Quizás preferirías quedarte mirando cómo se pinta un cuadro antes de comenzar la tarea mundana de registrar tus gastos mensuales. O, quizás embarcarse en ese proyecto gigante levanta sentimientos de duda o incomodidad.
En cualquier circunstancia, vas a evitar enfocarte en esa tarea para evitar los sentimientos incómodos que te inspira. Vas a hablar con un colega. Vas a buscar más café o agua. Compras en línea. Divagas en redes sociales. Separas clips enredados.
En este caso particular, no es la falta de concentración la culpable – sino la vieja y conocida procrastinación.
Entonces, ¿qué se puede hacer al respecto?
Preárate para un chequeo brutal de realidad: Sólo necesitas abrocharte el cinturón y terminar eso que tienes pendiente. De hecho, termínalo primero, antes de que cualquier otra cosa en tu lista. “Cómete esa rana” y comienza a trabajar en eso a primera hora de día, cada día.
¿Qué es tan maravilloso de terminarla al comienzo? Sabrás que dejaste lo peor atrás. Todo el resto en esa lista diaria parecerá insignificante e indoloro en comparación a esa tarea, lo que significa que probablemente te sientas mucho más enfocado y motivado en lo que quede del día de trabajo.
Deja de inquietarte y comienza a concentrarte
Existen múltiples razones por las cuales podrías estar agotando tu concentración. Si por alguna razón ninguna de las razones de arriba sirven para tu caso, está bien; a veces las situaciones personales son más complejas.
Incluso, existen días en donde nada rima, nada tiene sentido o razón de ser y no logras producir lo que tenías en mente. Algunas veces simplemente ocurre, y “no te sientes en sintonía”.
Pero hay buenas noticias: A menos de que seas un cirujano o un piloto comercial, tus tareas probablemente no son de “vida o muerte”. Así que hazte un favor, aléjate a despejar la mente por algunos minutos y conversa contigo mismo sobre cómo volver a la concentración.
Podría parecer una pérdida de tiempo, pero puedo garantizar que es mucho más productivo que golpear tu cabeza contra el teclado o revisar instagram o twitter por la 800va vez en el día.
Promesa – tu trabajo seguirá ahí, esperando luego de tu descanso.
Autor: Kat Boogaard
Traducido por Cristian Estrada
- 6 años midiendo el uso del tiempo – Lecciones y resultados - 09/01/2023
- Como lidiar con la sensación de “no tener suficiente tiempo” - 22/11/2020
- El mapa de la procrastinación - 01/01/2020